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JUAN PABLO MARTÍN
Domingo, 30 de octubre 2022, 18:13
Era una misión muy complicada y no la pudieron cumplir. La diferencia en la actualidad entre el Spar Uni Girona y el Lointek Gernika es demasiada. Las catalanas son un conjunto consistente que sabe a lo que juega y tiene la moral por las nubes ... después de los últimos resultados, mientras que las granate son un equipo en construcción al que todavía le falta soldar sus piezas para que todo fluya. Lo hace por momentos, pero cuando se cortocircuita la conexión todo comienza a tambalearse. Les sucedió ayer en el pabellón Fontajau. Cuando las entrenadas por Bernat Canut engrasaron su maquinaria, las vizcaínas tuvieron que rendirse a la evidencia.
Por fin llegó Mokango, la interior que tanto echaba en falta la escuadra de la villa foral, y que tuvo que saltar a la cancha sin entrenar con sus compañeras porque las carencias en la pintura siguen siendo notables, algo que las catalanas aprovecharon a la perfección. Basta mirar los rebotes cosechados por unas y otras para comprobar que las anfitrionas casi duplicaron la cifra de sus rivales. Y así resulta muy complicado correr y sorprender a un rival que también cuenta con una jugadora como Gardner –20 puntos y 20 de valoración–, capaz de marcar las diferencias ella sola por su verticalidad y calidad.
El Lointek Gernika necesita tiempo para compactarse y ser un equipo más regular que no sufra en el ataque estático, y en el que todas sus jugadoras aporten tanto en defensa como en ataque. La versión que mostraron las entrenadas por Anna Montañana en el primer cuarto se acercó bastante por el derroche que mostraron atrás, a pesar de que no se controló la pintura. Se presionó bien y hubo ayudas y anticipación para cortar las línea de pase. En ataque no hubo casi producción bajo los aros, pero se tuvo la claridad de ideas suficiente para encontrar alternativas, y como el acierto fue bastante bueno se tuvo el choque más o menos controlado. Sin embargo, las dos faltas personales de Da Silva y Cvitkovic anticiparon el debut de Mokango.
Era necesario mantener la misma línea para seguir agarradas al choque, pero el Girona pronto despertó a las visitantes. Mejor dicho, las sumió en una pesadilla. Dieron un paso al frente en todos los aspectos y el Lointek Gernika se comenzó a difuminar, sobre todo en ataque. No supieron cómo combatir la intensidad de las gerundenses, y a falta de poco más de un minuto para llegar al descanso su producción ofensiva era tan solo de dos puntos. Sumaron tres más a través de los tiros libres. Aunque las sensaciones no eran buenas, seguían en el partido.
Tras la reanudación, el Girona ató el encuentro. Sacó el rodillo definitivamente y las gernikarras no tuvieron recursos para parar lo que se les vino encima. A los cinco minutos la diferencia superó los diez puntos y se agrandó de forma progresiva. El último cuarto fue algo más espeso por parte de las locales, pero no tuvieron problemas para amarrar su cuarta victoria consecutiva.
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