El Gernika recurre al pico y pala

La zona casi constante que ordenó César Aneas incomodó mucho a las vizcaínas. Sin buenos tiros pese a buscar posiciones casi ideales de media distancia e incapacidad para conectar en la pintura, el rebote también fue una asignatura que comenzaron pencando. Colhado no olía el balón en pugna con la mole Diarra, Knezevic era un satélite imposible de ajustar por Bjorklund y el luminoso se puso en marcha con un 0-6 y 2-8 que obligó a Mario López a recolocar sus piezas. Y dio en el clavo porque la tecla de Lo afinó al Lointek en la pintura y con ello permitió a su línea exterior ajustar mejor las marcas. Un parcial tras tiempo muerto de 9-0 culminado con un triple de Ivanovic permitió la primera ventaja local (11-8) que derivó en empate a 13 al final del primer cuarto.

Las riojanas, muy justas de fondo de armario con sólo ocho jugadoras mentalmente aptas en la cabeza de su entrenador, siguieron a lo suyo atrás y en ataque se jugaron la baza del triple al no poder encontrar espacios para acercarse al aro. Y vivieron un tramo de romance con la cesta. Lo estrenó Kovacevic y a su acierto desde la línea mágica le siguieron otros de Flores (en una pedrada a tabla), Alarcón y Barneda. Frustrado, el Gernika fallaba más de la cuenta bajo el aro, se percataba de que tampoco era el día de Roundtree con malas elecciones y tiros en ataque y debilidad defensiva, y de nuevo Mario López tuvo que imponer un alto en el camino con 21-27 en el marcador.

Volvió a darle más sentido a la propuesta de sus jugadoras con un parcial de 7-2 que incluyó un triple postrero de Ivanovic para llegar en tablas al intermedio (31-31). En el regreso al parqué las de la villa foral ya tenían claro que tocaría sufrir hasta el final jugando a la piedra y sin arriesgarse en órdagos estériles. El empate técnico era casi constante, con Ginzo sumando para la causa en momentos clave en ambas pinturas e Ivanovic repitiendo triple en la última posesión para abrir una pequeña vía de fuga de cuatro puntos (47-43).

El largo definitivo fue bien jugado por las locales, con Cornelius en modo gladiadora y pese a que el balón quemaba en algunas manos. Tres minutos sin anotar ningún equipo hasta que Bjorklund tiró de galones, Lo estaba en todo lo bueno y en algunas imprecisiones y Ginzo coronaba una canasta en la transición previa a un robo. El Promete, limitado a una notable Kovacevic. Y sí, Ivanovic también se apuntó la última canasta del partido.