J. P. MARtín / gorka seco
Jueves, 10 de septiembre 2020, 23:16
Es una oportunidad única que les gustaría aprovechar a pesar de la dificultad que entraña. Las jugadoras del Lointek Gernika afrontan este sábado (19.00 horas, Miribilla) las semifinales de Supercopa contra el Valencia Basket con ilusión y ganas de disfrutarla. Si lo ... consiguen será una buena señal.
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Naiara Díez es de las pocas jugadoras que han vivido en primera persona la evolución del Lointek. En los ocho años que lleva en el equipo ha «experimentado la sensación de crecer y progresar dentro del club». Y admite que jugar la Supercopa «supone subir un peldaño más». «Esta competición es otro paso al frente. Cada año vamos mejorando los registros. Es una buena oportunidad de hacer al club un poquito más grande» explica. Una competición que estará marcada por la ausencia de la marea granate en las gradas. «Jugar sin aficionados es un hándicap importante. Estamos acostumbradas a su apoyo y no lo vamos a tener. Espero que desde sus casas y la gente afortunada que pueda acudir, nos animen. Sentiremos su calor», destaca.
Rosó Buch ya sabe lo que supone ganar una Supercopa. Lo hizo en 2019 con el Spar Citylift Girona ante el Perfumerías Avenida. La catalana es consciente de las grandes y caras plantillas que han perfilado sus rivales, por lo que ve complicado vaticinar un claro favorito. Pero avisa de que el Gernika «puede dar mucho de que hablar. La Supercopa siempre es complicada de predecir. Tenemos una buena plantilla y no vamos con la presión de ganar, como pueden tener otros equipos», relata.
El Gernika llega tras llevarse la Euskal Kopa, en la que vencieron al Tarbes francés en las semifinales y al IDK Gipuzkoa en la final. Aún así, Buch, que procede del Valencia, cree que «el equipo tiene que adaptarse a la forma de juego que propone el entrenador. Aún no estamos a nuestro 100%, pero la plantilla es muy buena».
«Es una experiencia muy bonita que pocas veces se va a poder vivir. Tenemos muchas ganas de salir a disfrutar, de jugarla y de soñar». Itziar Ariztimuño quiere aprovechar el momento. «Cuando jugamos el año pasado contra Mann Filter en Miribilla fue una pasada. Este año habrá menos aforo pero sabemos que nos va a ver mucha gente por televisión, porque es un torneo increíble». Es el premio al tercer puesto logrado el año pasado antes de que se paralizara la competición.
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Sabe la dificultad que supone enfrentarse a un Valencia «con jugadoras de selección absoluta, de mucha calidad, que van a proponer un partido duro, pero vamos a intentar salir lo más intensas posible». Aunque las taronjas solo han disputado un par de partidos esta pretemporada «son jugadoras veteranas que están acostumbradas a cualquier tipo de situación. Saldrán a por todas y nosotras tenemos que estar listas», subraya.
Otra de las jugadoras que conoce lo que se siente al ganar esta competición es Belén Arrojo. Lo hizo en 2018 con las salmantinas. La alero cumple su segunda campaña a las órdenes de Mario López, quien les «está llevando por el carril correcto. Cada día que pasa vemos un poco de mejoría en el equipo y eso es lo bonito».
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El primer escollo para el Gernika será el renovado Valencia Basket, un club que, según explica, «está haciendo las cosas muy bien y ha confeccionado un gran equipo. Si queremos tener opciones hay que dar un paso adelante en defensa para poder parar a sus principales jugadoras». La granadina no tiene claro a quién prefiere en una hipotética final. «Cada equipo tiene una esencia diferente. Todos son muy complicados» razona Arrojo.
La cántabra está «con muchas ganas e ilusión» porque «nunca he jugado una Supercopa y soy de las más jóvenes del equipo». Echará en falta la ausencia de la afición. «Será un poco raro no poder aprovechar la oportunidad, pero estamos con más ganas que cualquiera de los otros equipos por el hecho de jugar en Bilbao». Desde su punto de vista, medirse ante un rival del calibre del Valencia a estas alturas de la campaña puede ser un arma de doble filo. «Es posible que ellas no estén en la mejor forma, pero nosotros tampoco tenemos nuestra mejor versión», asume.
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Es consciente del potencial que tienen las dirigidas por Rubén Burgos, «de su forma de trabajar y de hacer las cosas. Es un rival duro. Pero nosotras también vamos en la dirección correcta. Llevamos unas semanas de entrenos muy buenas y se está viendo la mejoría. Intentaremos dar nuestra mejor versión», señala. Reconoce que les faltan cosas por trabajar, «y sobre todo conseguir que seamos una piña». «Nos llevamos muy bien fuera de la cancha pero, en tres semanas, es pronto para que nos entendamos a la perfección en pista. Sin embargo, se ha visto una evolución en la Euskal Kopa. Fuimos más equipo», concluye.
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