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julen ensunza
Jueves, 6 de enero 2022, 01:22
Jugadoras, cuerpo técnico y directivos del Lointek Gernika despertaron ayer de la pesadilla turca impotentes por todo lo acontecido antes, durante y después del esperpéntico duelo del martes en la EuroCup Women ante el CBK Mersin, con el comisario de la FIBA -ucraniano- como espectador ... de lujo de una película propia de otros tiempos. La sensación es que «lo mejor hubiera sido no haber ido» a disputar el partido de vuelta, reconoce su técnico, Mario López porque «todo estaba preparado para que pasarán ellas», pese a la desventaja de 24 puntos. Desde un incomprensible cambio de hotel y de cancha -el alojamiento se encontraba a 45 minutos del pabellón-, a un ambiente infernal y un arbitraje cuanto menos discutible. Esta claro que las turcas consiguieron su objetivo.
No obstante, con el paso de las horas, la polémica eliminación, aunque dolorosa por la «encerrona», quedaba en un segundo plano. Ya no había vuelta atrás y el objetivo prioritario era conseguir que la capitana, Belén Arrojo, que en teoría había dado positivo la víspera -no pudo jugar- y necesitaba dos test negativos para salir del país, pudiera volver lo antes posible a casa. Para ello, la entidad gernikarra contó con la colaboración de la Federación Española, así como de la embajada. El grueso de la expedición está ya en Euskadi desde la tarde noche de ayer y finalmente, tanto la andaluza como su técnico, que se quedó también en tierras otomanas para acompañarla, han salido está madrugada rumbo a Loiu con escalas previas en Estambul y Madrid. Si todo va bien, aterrizarán poco después de las 16 horas. Fin a la odisea con el deseo de «pasar página cuanto antes».
Ambos, jugadora y técnico, han podido finalmente volar porque «se han cumplido nuestras sospechas», señaló López. «Era un falso positivo con el único fin de desestabilizarnos como todo el resto de cosas que ocurrieron. Qué casualidad que suceda precisamente con la jugadora que puede actuar tanto de alero como dentro de la zona y que podía ser clave», apuntó el míster desde la habitación del hotel en la que esperaba poner fin a la odisea. «El enfermero encargado de las pruebas se estaba riendo con el directivo del Mersin mientras las realizaba», recuerda perplejo López echando la vista atrás.
La propia Arrojo compartía esa opinión. «Tengo serias dudas de ese positivo. No es lógico que en el plazo de 24 horas pase cuatro pruebas PCR, una en Estambul y tres en Adana y suceda una cosa así», lamenta. Su presidente, Gerado Candina, va aún más allá y apunta también que la PCR realizada a la jugadora tras el positivo y en la que volvió a dar negativo «se notificó a las 14.30 horas, mientras que a nosotros no nos lo comunicaron hasta después del partido, por lo que no pudo jugar». «Es incomprensible e inadmisible», sentencia.
Arrojo tiene claro que con todo lo ocurrido, «además de perder el Lointek, también lo hace el baloncesto». La entidad gernikarra es consciente de que no hay vuelta atrás, sin embargo, no quiere que el asunto se olvide así por así y está preparando un escrito que remitirá a la FIBA, aunque sabe que «probablemente sirva para poco teniendo en cuenta que su presidente es turco y que el comisario que se encontraba en el pabellón no hizo nada para parar aquello», censura Mario López.
«Íbamos preparados pensando que nos encontraríamos piedras en el camino, pero la realidad ha superado las previsiones», reconoce el máximo mandatario de un Lointek que el domingo retorna a la Liga en tierras canarias.
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