Despedida europea con la cabeza alta

El choque fue una montaña rusa para las de la villa foral. Pero el corazón bombeó la energía suficiente para que el equipo remontara en el momento justo. En un duelo de menos a más, lograron recomponerse para ser el equipo ambicioso que acostumbra y meter el susto en el cuerpo a las anfitrionas. Lástima que en los últimos cinco minutos el acierto desde la línea de tiros libres no fuera el deseado y en la última acción de ataque se pecara de cierta precipitación.

Había que quemar las naves ante un equipo rival que había tenido tiempo suficiente para preparar el choque a conciencia, todo lo contrario que las gernikarras. Y se notó en los primeros compases de la contienda. Las rumanas comenzaron con las ideas mucho más claras y acierto en el tiro que trastocó todos los planes. Mientras, el Lointek Gernika sufrió porque sus porcentajes de lanzamiento fueron mucho más pobres y las únicas alternativas para encontrar el aro rival fueron desde la pintura. No hubo acierto exterior, por lo que encontrar huecos en la zona rival también se complicó. De esta forma el Sepsi comenzó a escaparse en el luminoso sin que tuvieran forma de pararle y el primer acto concluyó con una docena de puntos de diferencia.

En el segundo la producción siguió siendo interior y en defensa se jugó con bastante más criterio. El duelo comenzó a igualarse, pero las locales se dedicaron a gestionar el hueco abierto con anterioridad. Sin embargo, se reaccionó porque las ayudas funcionaron mejor atrás y en la faceta ofensiva se empezó a ver algo de luz en el lanzamiento. Un triple de Buch a falta de poco más de tres minutos para el descanso puso a las suyas a seis. Pero se quiso correr demasiado para cerrar al agujero en el marcador y la ansiedad hizo que las rumanas lo agradecieran.

Pero se mantuvo la fe. Quedaba la mitad del partido y se encontraron las soluciones necesarias para que al Sepsi se le hiciera de noche. Pero hubo que esperar. Porque el inicio del tercer cuarto fue algo desesperante. Todo lo que se trabajó en defensa no tuvo recompensa por regalos en ataque. Mario López tuvo que parar el partido a los cuatro minutos para pedir contundencia porque el choque se podía romper en cualquier momento.

Las granate reaccionaron a medias. Volvieron a acercarse a nueve puntos pero, a continuación, pagaron tres minutos de mucha inestabilidad. Se apostó por la verticalidad porque los tiros se resistían y las de Zoran Mikes taparon bien su pintura. Pero cuando muy pocos lo esperaban llegó la remontada. Fue en el último cuarto cuando las gernikarras encontraron la fórmula. Llegaron los triples y empezaron a creer que era posible. Con un parcial de 19-5 en seis minutos el Lointek Gernika arregló la situación. El Sepsi apostó por los ataques largos y buscó a sus tres puntales para tratar de resolver la situación, pero el encuentro se les puso cuesta arriba. A falta de un par de minutos las vizcaínas lograron ponerse por primera vez por delante en el luminoso. Las prisas hicieron que no seleccionara bien algún ataque, y Mandache puso a las suyas de nuevo por delante a falta de 29 segundos. Pero el carácter de Arrojo llevó el partido a la prórroga. Después de hacer lo más complicado se peleó hasta el final, pero el esfuerzo no tuvo la recompensa deseada.