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La maternidad y la lucha por la conciliación es aún un asunto pendiente en el mundo del deporte. Esta industria y las grandes marcas en más de una ocasión han dejado de lado a mujeres que, a sabiendas de las posibles consecuencias negativas que desafortunadamente ... podría conllevar, no han querido dejar pasar la oportunidad de ser madres en plena carrera deportiva.
Le ocurrió a Allyson Felix, quien recientemente ha superado a Usain Bolt en el número de oros conseguidos en un mundial. En su caso Nike, su marca deportiva desde la juventud, le comunicó que pasaría directamente a cobrar el 70% menos, al enterarse de que estaba embarazada. Al final, logró cambiar la política contractual de la multinacional, que introdujo cláusulas de respeto del contrato durante el periodo de gestación. Serena Williams también contribuyó a que la WTA (Women's Tennis Association) dejara de tratar a las tenistas embarazadas como si hubieran sido suspendidas por el uso de una sustancia dopante.
En el caso de la NBA femenina, la WNBA, ha saltado a la luz este pasado fin de semana el caso de una de sus principales estrellas, Skylar Diggins-Smith, de los Dallas Wings, quien ha revelado en su perfil de Twitter que llegó a jugar una temporada «entera» estando embarazada. «No se lo dije a nadie, y lideré la liga, fui al All Star, y estuve entre las jugadoras con más minutos disputados», declaró, justo antes de cargar directamente contra su equipo. «No tener el apoyo de su propia organización es lamentable«, aseguró la de Indiana, que dio a luz en el mes de abril de este año.
Having no support from your own organization is unfortunate
— Skylar Diggins-Smith (@SkyDigg4) October 18, 2019
Además, la base aspirante a estar en el equipo olímpico de Estados Unidos para Tokio 2020 también cargó contra quienes le criticaron afirmando que se había desentendido de su equipo, tras pasarse la temporada en blanco, después de dar a luz a su hijo. Un curso que justo coincidió con el peor de los Dallas Wings, con solo 10 victorias y 24 derrotas. «Es increíble cómo se maltrata a las que somos madres, y a nuestros derechos en la WNBA. Quiero que la gente escuche mi historia de mi voz. Están diciendo que soy una rajada, que dejé tirado a mi equipo, etc... Pero no saben que estuve dos meses de baja por una depresión postparto, y con recursos muy limitados para mis cuidados tanto físicos como mentales«.
Por su parte, su club asegura que ha recibido el salario completo de 2019, pese a no haber jugado, aunque el convenio recoge que en el caso de haber embarazo a las jugadoras les corresponde el 50% de lo que venían percibiendo. El general manager de la franquicia texana, Greg Bibb, afirmó hace unos meses que apoyaban totalmente a Skylar Diggins-Smith, y que estaban dispuestos a esperarla «con los brazos abiertos», mientras se recuperaba y atendía a su familia. Lo segundo se ha cumplido, pero dada la 'rajada' de la propia jugadora, quedan dudas sobre si la entidad ha puesto o no de su parte.
Mediante un comunicado, en el que destacan que no comentan aspectos relacionados con la salud de sus jugadoras, el club ha remarcado que cuentan con un equipo médico propio para atender a la plantilla «tanto a nivel colectivo como individual». «Buscamos que todas tengan el apoyo que necesitan para su bienestar, físico y mental, y entendemos la seriedad e importancia de todo lo relacionado con la salud mental«.
La WNBA tiene previsto el próximo curso aprobar un nuevo convenio colectivo, en el que todas las jugadoras esperan que se mejoren estas y otras condiciones, ya que no consideran que el crecimiento que ha experimentado esta competición, cada vez más impulsada por la propia NBA, se refleje sobre el papel en sus derechos. El caso de Skylar Diggins-Smith ha vuelto a ponerlo sobre la mesa.
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