España pasa a octavos en modo apisonadora

Ante Eslovaquia, volvió a ser Ndour el principal torrente ofensivo en el inicio del partido, pero a ella se unió una Silvia Domínguez magnífica. La base del Perfumerías Avenida sumó dos triples consecutivos en el final del primer cuarto que permitieron a la selección abrir definitivamente una brecha en el marcador (21-10, min. 9) y siguió con su festival hasta irse al descanso con 10 puntos y 3 asistencias en su casillero particular. Era ella el motor de España, cuya defensa iba a y venía sin motivo. Inexpugnable en ocasiones el aro nacional y otras veces demasiado expuesto. Irregularidad que desesperaba a Mondelo y que abrió la puerta a la esperanza de su rival. Eslovaquia aprovechó las facilidades para crecer desde el perímetro (4 triples en el segundo cuarto) y recortar la diferencia hasta dejarla en solo tres puntos (33-30, min. 18).

Fue entonces cuando Ouviña entró en cancha y su ímpetu volvió a reenganchar a la selección. La aragonesa, un ciclón atrás, mostró también su mejor versión ofensiva (17 puntos) y de su mano despegó definitivamente España. El parcial de 17-2 aclaró el panorama nacional (56-34, min. 25), pero no bajó los brazos la selección como si lo había hecho ante Suecia. Continuó golpeando el equipo de Mondelo, feliz por ver cómo las veteranas responden y cómo las nuevas se adaptan. Satisfecho por asistir al engranaje perfecto de la nueva maquinaria.

Con la defensa como bandera, España se lució buscando meter también la primera canasta de octavos. Metiendo miedo a Montenegro y lanzando un aviso a sus rivales por las medallas. La superioridad de las españolas fue total. Victoria coral que permitió incluso dar descanso a Ndour, que apenas jugó en la segunda mitad. Minutos que aprovecharon María Conde (10 puntos) o Laura Quevedo (8) para demostrar que pueden ser importantes y que quieren serlo. Piezas clave para el devenir del torneo, donde España ya se siente cómoda. Donde ha puesto el modo campeonato.