Sifan Hassan y sus tres medallas olímpicas de fondo en atletismo

La corredora de 28 años abandonó Etiopía en 2008. Hasta entonces vivía con su madre y con su abuela. «Tengo que mirar hacia delante. Hay días que estoy contenta y otros que lo estoy menos», ha reflexionado. Después pasó a vivir en el centro de acogida para menores de Zuidlaren, destinado a los menores solicitantes de asilo en Países Bajos. La experiencia no fue fácil y Hassan lloraba cada día pero pronto, a partir de 2012, su talento para el atletismo la llevó a entrenar bajo las órdenes de Honore Hoedt.

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La campeona holandesa es conocida por su talento para la competición y su fuerte carácter. Empezó en el club de atletismo local, el AV Leonitas, y se introdujo en las carreras mientras completaba su formación como enfermera, pero cada vez que perdía le costaba asumir la derrota y permanecería encerrada durante días. Con el tiempo fue aprendiendo a controlar esas emociones y, así, los resultados obtenidos en Tokio 2020 son una recompensa a tantos esfuerzos dedicados durante los últimos años.

Hassan se vio salpicada por la polémica en torno al entrenador Alberto Salazar, suspendido durante cuatro años por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) por posesión de testosterona, uso de métodos prohibidos y manipulación de controles antidopaje. La atleta de Países Bajos entrenó con él en el conocido como Proyecto Oregon, destinado a deportistas de élite. Salazar niega que alguno de sus atletas se haya dopado y la carrera de Hassan no se detuvo. Esta siguió entrenando con Tim Rowberry, ayudante de Salazar.