La entrada de los avances tecnológicos en las zapatillas hace ya algún tiempo que despertó la polémica en el mundo del atletismo. De la mano de Nike, este alcanzado de última generación, con media suela de fibra de carbono, jugó un papel decisivo en dos ... de los mayores logros de las carreras a distancia en 2019, como fue el maratón de menos de dos horas de Eliud Kipchoge en Viena y la carrera récord de Brigid Kosgei en el Maratón de Chicago.
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Esto puso toda la atención en las zapatillas Vaporfly, seguidas muy de cerca por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF). Entre los especialistas en la materia existen numerosos detractores, como Tegla Loroupe, una de las reinas del maratón de los últimos tiempos, quien batió dos veces el récord del mundo, logrando una marca de 2:20.47 en Rotterdam 1998 y un año más tarde 2:20.43 en Berlín. ¿Este tipo de calzado supone una ventaja injusta? Para ella no hay debate. "Los que las llevan están haciendo trampas".
"No me gustan porque no hay energía humana", aseguró a la BBC la primera corredora africana en lograr la mejor marca del mundo en la especialidad. "Con ellas no eres un héroe porque no usas tu propia fuerza. Puede que haya algunos que puedan tener estas zapatillas más rápidas pero, ¿qué pasa con los que no se las pueden pagar?", afirmó, lanzando esa pregunta al aire. "Para mí no hay diferencia con el dopaje".
World Athletics prohibió las zapatillas utilizadas por Kipchoge en el maratón de Viena profesional del año pasado, pero Nike lanzó una nueva versión, cumpliendo las nuevas reglas introducidas por el organismo rector, manteniendo la apuesta por revolucionar este deporte.
Hace menos de un mes la también keniana Ruth Chepngetich redujo 29 segundos el récord mundial de medio maratón. Poco antes la triatleta británica Beth Potter batió la mejor marca mundial de 5K, en Barrowford (Inglaterra), con un tiempo de 14:41, cuando poco antes su mejor crono había sido 15:24.
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Ambos deportistas llevaban calzado de alta tecnología, el mismo que Loroupe, ganadora de los maratones de Nueva York, Londres, Berlín, Roterdam, Colonia, Leipzig, Lausana y Roma, considera que debería de estar sancionado. "Tener elementos que otros atletas no pueden permitirse no está bien. Esas zapatillas deberían estar prohibidas para que la gente pueda confiar en sí misma, entrenar y ver lo que es capaz de hacer. Muchos hemos corrido sin zapatos y cuando los tuvimos, normales, rompimos récords del mundo", añade, resaltando la importancia del esfuerzo y la capacidad de superación, principales valores del deporte.
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