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Pese a años de campañas de concienciación, las personas con ceguera o deficiencias visuales aún viven episodios de discriminación. Así lo demuestra la vergonzosa situación que ha vivido Mari Carmen Soler, presidenta del consejo territorial de la ONCE en Baleares y corredora de ... trailrunning, en una frutería de Palma de Mallorca. La deportista fue expulsada de malas maneras del establecimiento al que acudió para recoger un pedido acompañada de su perra guía Quely. Los responsables del negocio no tuvieron en cuenta que este pastor alemán puede acceder a cualquier lugar junto a su dueña, ya sean locales públicos, privados, medios de transporte o incluso hospitales.
«Parece mentira que todavía haya gente que no lo sepa», lamenta Soler, quien señala que, aunque trató de explicar sus derechos a los propietarios de la tienda, regentada por personas extranjeras, se negaron a escucharla. «Tal vez en su país no existan estos derechos y los desconozcan, pero es una barbaridad tener que seguir defendiendo un derecho que tenemos desde hace tantos años. Me sentí muy mal y hasta amenazada», reconoce. La presidenta de la ONCE en Baleares no llamó a la policía en ese momento, pero interpondrá denuncia en Consumo ya que, además de impedirle entrar al local, la frutería se negó a entregarle el pedido por el que ya había pagado.
«Mi perra me ayuda a mantener mi autonomía personal, algo que ahora, con la pandemia del Covid-19, se nos hace todavía más complicado. Hemos perdido muchas referencias táctiles, como no vemos las colas nos resulta complicado cumplir con el distanciamiento social y tampoco vemos las marcas visuales instaladas para ello», enumera Soler, quien lejos de amedrentarse por su discapacidad, practica trailrunning y participa en maratones y triatlones junto a su guía Germán Helling. En su juventud le prohibieron correr por si se caía, pero a sus 46 años completa incluso carreras de montaña ayudada por una barra direccional y un segundo guía.
«En estos momentos no hay carreras y la motivación no es la misma, pero sigo preparándome para participar en carreras virtuales», explica Soler, quien en este 2020 ya ha participado en eventos como la media maratón de Madrid desde su casa o carreras para la prevención del suicidio junto a Helling, su guía. Tampoco se perderá la carrera virtual de 10 kilómetros de la Fundación Once, que se celebrará entre el 27 de septiembre y el 4 de octubre.
«A veces salimos a entrenar en bicicleta por zonas donde hay poca gente y cumpliendo las medidas de seguridad», apunta la corredora, a quien le preocupa que el impacto de la pandemia de coronavirus aleje a las personas con ceguera del deporte. «El hecho de no poder formar grupos, mantener el distanciamiento, el miedo a moverse en transporte público y relacionarse con desconocidos puede hacer que quienes se estén pensando dar el paso atrasen la decisión. Yo misma he dejado de ir al gimnasio. Para una persona ciega limpiar las máquinas y que le toquen para explicarle los ejercicios se ha vuelto más complicado», afirma Soler sin dejar de desear que esta situación termine rápido y deje la menor huella posible.
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