Los ejemplos a los que mira Majida

El más reciente, el de Thierry Ndikumwenayo, que desde esta semana ya tiene la documentación que le acredita como atleta español a todos los derechos. Por apenas una semana se quedó sin ser campeón nacional de cross en Ortuella (Bizkaia), pero desde ya puede serlo. A nivel internacional tendrá que esperar más, a la temporada al aire libre, aunque podrá ser internacional de cara al Mundial de Budapest que se celebrará en verano. El fondista nacido en Burundi llegó a España en diciembre de 2015 con 17 años gracias al empeño del técnico alicantino Llorenç Solbes. Lo hizo con un visado de tres meses que fue renovando y después, gracias a su fichaje por el Playas de Castellón, logró un contrato de trabajo para vivir en España. Y fue a finales de 2022 cuando Ndikumwenayo logró la nacionalización que ya desde esta semana es a todos los efectos. Es decir, podría ser campeón de España si por ejemplo en dos semanas opta por correr el Nacional indoor.

Un caso que conoce bien Majida Maayouf es el de Trihas Gebre, que ha sido durante años compañera suya en el BM Bilbao Santutxu. Trihas Gebre llegó en 2010 a San Sebastián con la ONG Etiopía-Utopía para correr la Behobia San Sebastián junto al grupo de atletas africanos con el que viajaba. La fondista africana, además de darse a conocer a nivel atlético, vio una oportunidad para cambiar de vida, de afincarse en la capital guipuzcoana. Conoció a un joven de Hernani que se convirtió en su pareja, en 2011 regresó a San Sebastián y comenzaron a vivir como pareja de hecho, lo que abrió una vía para que Gebre lograra una nacionalidad por carta de naturaleza que llegó en julio de 2014. Se da la circunstancia de que Majida Maayouf llegó en 2011 a Santurtzi y nueve años después de que Gebre lograra su pasaporte español, la atleta de Asics todavía no ha logrado el suyo.

En el atletismo español hay casos muy conocidos de nacionalizaciones 'express' que tienen que ver con el potencial deportivo del deportista en cuestión. Dos vienen de Cuba. Orlando Ortega es el ejemplo de un salto de calidad inmediato en una especialidad, las vallas altas, que se habían quedado huérfanas desde aquel legandario dúo formado por Javier Moracho y Carlos Sala.

Ortega abandonó la selección cubana tras disputar el Campeonato del Mundo de Moscú en 2013 y desde entonces se afincó en Valencia para vivir y entrenar. Obtuvo la nacionalidad española en julio de 2015​ sin embargo, tuvo que esperar hasta agosto de 2016 para representar internacionalmente a España porque anteriormente había competido con el equipo cubano.

​Similar es la nacionalización de Jordan Díaz, uno de los grandes talentos a nivel mundial de triple salto. El 28 de junio de 2021, aprovechando una escala en Madrid de la selección de atletismo de Cuba que viajaba a Alicante, Díaz se fue de Barajas con destino a Zaragoza, donde reside un tío suyo. Campeón del mundo sub'18 y sub'20, decidió que debía empezar una nueva vida en España, y tras su paso por Aragón, recaló en Guadalajara para ponerse a las órdenes del grupo de Iván Pedroso. La RFEA no dejó pasar la oportunidad de contar con un triplista que supone una amenaza incluso para el récord mundial de Jonathan Edwars. Así que para 2022, Jordan Díaz ya tenía su pasaporte español, ha tenido que esperar para poder competir a nivel internacional, aunque si todo va bien, se le espera este 2023 en las grandes competiciones.

Son algunos de los ejemplos recientes de una lista que va desde Sandra Myers a Jackson Quiñonez, pasando por Glory Alozie y otros muchos nombres conocidos de nuestro atletismo.