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inés gallastegui
Jueves, 29 de agosto 2019, 23:16
Cuando tenía 20 años, Kathrine Virginia Switzer apostó con su entrenador que podía completar 42 kilómetros. Tuvo que hacer 50 para convencerle de que era capaz. Cuando se inscribió en el Maratón de Boston, trataron de expulsarla a empujones, pero lo terminó. Desde entonces es ... un icono de la paridad de las mujeres en el deporte y ha disputado cientos de carreras con el mítico dorsal 261.
- En noviembre viajó a España para apoyar el reto de la carrera Behobia-San Sebastián de lograr un 50% de participantes femeninas en 2025.
- Como mujer que impulsó la paridad de género en el Maratón de Boston y en los Juegos Olímpicos, me encantó apoyar esa causa. Me sorprendió que hubiera una participación tan baja de mujeres en una carrera que es famosa en el mundo, en un lugar tan glamouroso y donde la comunidad y la organización están por la labor.
- Hace 52 años las mujeres ni siquiera podían participar en un maratón y ahora luchan por ser la mitad. ¿Cómo se siente siendo parte de semejante avance?
- ¡Es maravilloso! Las mujeres se sienten bien si corren, porque es un deporte que transforma a la gente, aporta una gran autoestima y una sensación de logro. Cuando corren son mejores personas, mejores madres, ejemplos de buena salud y de valía para sus hijos. Y si se les da la oportunidad, lo hacen. En Estados Unidos y Canadá ya son el 58% de los participantes en competiciones. Eso es lo que ha empujado mi carrera; quería que otras mujeres experimentaran esto que da tanta vida y alegría: el 'running'.
- Entre 1966 y 1972, algunas mujeres corrieron el Maratón de Boston sin dorsal. Usted prefirió inscribirse. ¿Quería hacer historia con aquel 261?
- En absoluto. Era una chica que quería correr. Entrenaba con el equipo de hombres en la Universidad de Siracusa y el entrenador, que entonces tenía 50 años, era corredor de maratones y me inspiró con sus historias. Yo quería hacerlo porque sabía que quizá no podría correr muy rápido, pero podría correr siempre. Cuando le demostré que podía hacer esa distancia, me ayudó a inscribirme en la carrera. Me dijo que era muy importante hacerlo oficialmente porque, si no, no contaría como un corredor de verdad. Así que me inscribí con mis iniciales, K. V. Switzer, y pensaron que era un hombre. No quería engañar a nadie; estaba orgullosa de ser mujer. Cuando estaba calentando y en la línea de salida, todos los hombres me animaban. Solo el personal de la organización me lo puso difícil. Y 45 años después nació 261 Fearless, que simboliza no tener miedo a la adversidad. Es una organización sin ánimo de lucro y un movimiento que ayuda a las mujeres a dar el primer paso. Cuando empiezan a correr en un grupo amistoso y no competitivo, se sienten muy empoderadas.
- Correr es un deporte barato y fácil de practicar. ¿Aún hay barreras culturales y sociales que impiden correr a las mujeres?
- Sí. Culturales, sociales e incluso religiosas. Durante siglos se les dijo a las mujeres que el deporte ponía en peligro su feminidad; que el esfuerzo, el sudor y la competición las hacían masculinas, menos atractivas e incapaces de tener hijos. Cuando a las mujeres se les negaban oportunidades en los negocios, la educación e incluso la política, lo único que se les dejaba era su poder de atracción, así que, por supuesto, no iban a ponerlo en peligro. La gente no sabe algo hasta que no lo experimenta. Hay que animarla a probar.
- ¿Qué le diría a una chica o una mujer que la ve correr a los 72 años y piensa: 'Ojalá yo pudiera hacer eso'?
- En 261 Fearless tenemos un lema: 'Dile que sí puede'. Yo les digo a las mujeres que pueden hacer cualquier cosa. El cuerpo humano nunca es demasiado viejo, grande o lento como para que no pueda mejorar con el movimiento. Responde siempre. Yo me inspiré para volver al maratón cuando conocí a mujeres de 70, 75 e incluso 80 años que acababan de empezar y ya hacían maratones y ultramaratones. Todas decían lo mismo: 'Nunca creí que pudiera hacer esto'. Nunca es demasiado tarde para empezar, y siempre es demasiado pronto para dejarlo.
- ¿Cuál es la última carrera que ha disputado? ¿Y la próxima?
- ¡Corro cientos de carreras! La última fue una de 5 kilómetros en los Juegos Nacionales Senior de Albuquerque, Nuevo México, el 21 de junio. Mi último maratón fue el de Londres en abril de 2018. En la Behobia-San Sebastián de 2018 estaba lesionada, pero pienso volver para correrla. Quizá en 2020.
Correr y contarlo. Nacida en 1947 en Amberg, vivió hasta los 2 años en Alemania, donde su padre, militar, estaba destinado. Se mudaron a EE UU en 1949. Graduada en Periodismo y Literatura, ha escrito varios libros y trabajado como comentarista televisiva.
Pionera. Otras mujeres habían corrido la prueba reina del atletismo antes, pero ella fue la primera en hacerlo con un dorsal, en 1967. Su reto obligó al Maratón de Boston a abrirse a las mujeres en 1972. Las olimpiadas lo hicieron en 1984, en Los Ángeles. Ganó el de Nueva York en 1974. Su mejor marca la logró en Boston en 1975: 2h 51' 37''.
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