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Tras pasar el día pendientes de su entorno para desplazarse de forma segura, correr kilómetros y kilómetros sintiendo el viento en sus caras disfrutando del recorrido les resulta liberador. Las corredoras populares Ana Lucía Santiago, Carmen Soler y Beatriz Pesqueira nunca han podido ver, apenas ... tienen resto visual o tienen una baja visión debido a alguna enfermedad, pero estas dificultades no les han impedido cumplir sus sueños y completar todo tipo de carreras, ya sean maratones, ultramaratones o aventuras en la montaña.
«Me encanta salir a correr y hace tres años pude volver a hacerlo gracias a los guías. Son unas grandes personas, les gusta tanto correr que les da pena que haya gente que no pueda hacerlo, y nos aportan mucho», valora la dominicana Ana Lucía Santiago, afincada en Madrid. Beatriz Pesqueira dejó de jugar al baloncesto cuando la retinosis pigmentaria que sufre le impidió seguir viendo la pelota. Después de que su hermana la animara a correr durante una Carrera de la Mujer, encontró a estos corredores altruistas en la plataforma Comparte tu energía de EDP. «Es fácil, escribes tus preferencias -para mí es importante tener una altura similar a la de mi guía-, les conoces, quedas para entrenar...», anima Pesqueira.
Una braga, una cuerda o un ocho les unen por las muñecas durante las carreras y entrenamientos. «Es como un joystick, nos permite ir más pegadas o más separadas. Al principio de la carrera necesito que vayamos juntas para no tropezarme con los otros corredores, pero después puedo ir más libre», explica Pesqueira, a quien el diagnóstico de síndrome de Usher le obligó a replantear su vida. «Me dijeron que me quedaría ciega del todo, tenía un concepto erróneo sobre la baja visión y yo pensaba que no iba a poder hacer nada. Cuando jugué a 'goalball' y me puse las gafas oscuras por primera vez aprendí otras formas de orientarme, pero lo que más me ayudó fue comprobar que los ciegos eran muy felices», confiesa Pesqueira, quien tiene su propia consulta de Psicología y ayuda a gente que pasa por lo mismo que ella, también como voluntaria en la asociación Retina Madrid.
Santiago y Carmen Soler, presidenta del Consejo territorial de la ONCE en Baleares, también se atreven con las carreras de montaña. «A los 25 ya practicaba natación y me gustaba ir al gimnasio, pero me cansé de hacer ejercicio sin objetivos y hace dos años empecé a preparar triatlones», explica Soler, quien tomará la salida en la maratón de Valencia, pese a no haber tenido nunca resto visual. En su juventud le prohibieron correr por si se caía, pero ahora avanza zancada a zancada junto a su guía, Germán Helling. «Él me describe los paisajes que ve, aunque ya a veces no hace ni falta porque conozco todos sus movimientos», confiesa Soler. Cuando completa carreras de montaña ayudada por una barra direccional de entre 2 y 2,50 metros, un segundo guía les acompaña por motivos de seguridad.
Para Pesqueira la presencia de un guía es fundamental al caer la noche. «De día veo bastante mejor y me las arreglo, pero cuando se va la luz necesito que alguien me oriente y me avise de si hay cosas en el suelo», explica la madrileña, quien descubrió que tenía problemas de visión a los 24 años, cuando una enfermera le dijo que debería dejar de conducir. Eso sí, la exjugadora de baloncesto que llegó a seducir al Estudiantes siempre se ha sentido apoyada por los suyos. «En el club siempre me piden que no me quede en casa, que si no encontraba un guía me acompañarían ellos, pero que no renuncie a correr», agradece siete años después.
«Cuando salgo a correr soy feliz, es mi medicina», resume Santiago. La dominicana no teme enfrentarse a lo desconocido. «Me gusta mucho salir a correr fuera, si por ejemplo me voy a Nueva York y mi guía no puede venir conmigo busco otro allí. Soy aventurera, amo conocer gente y descubrir sitios corriendo», explica. Santiago percibe el ambiente mediante los olores, la vegetación, el sonido… «Me fijo en otros corredores, escucho sus pisadas, compruebo si están cansados… no me gusta que me den explicaciones constantemente, quiero sudar y relajarme, es un momento 'zen' para mí», afirma.
Entre sus próximos retos se encuentran ascender el Toubkal, la montaña más alta de Marruecos, y coronar el Teide saliendo desde las playas de Tenerife. También visitará Euskadi para participar en la Behobia. Pesqueira espera correr la San Silvestre de Madrid y seguir sumando medias como la EDP Media Maratón de la mujer, y Soler anima a los demás invidentes a hacer ejercicio siempre que sea posible desde la ONCE. Santiago intentará familiarizarse con la natación para completar triatlones. «Aún tengo algún resto visual y ya me parece increíble observar paisajes como la nieve, así que no me lo puedo imaginar con la visión completa. La gente vive muy deprisa y no aprecia lo que tiene», recuerda a los videntes.
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