El sacrificio personal y familiar de Laia Palacios

De ahí que tenga claro sus objetivos y la asunción de unos sacrificios como el que supone viajar todos los fines de semana de invierno hasta Jaca para entrenar y competir o permanecer durante dos semanas en Italia, en Dolomitas, afinando su puesta a punto para los nuevos objetivos que se le presentan a la vuelta de la esquina. Todo ello sin, por supuesto, dejar de lado los estudios. «Los fines de semana que no viajamos a Pirineos aprovecho para hacer otro tipo de entrenamiento y también tengo más margen para estudiar. En febrero hay más sacrificio para compaginar todo. Entre viaje y viaje hago la tarea también», cuenta la joven esquiadora, quien echa en falta los fines de semana a su cuadrilla de Agurain. «En abril y mayo, que tengo descanso, aprovecho para estar más tiempo con los amigos de aquí».

Su plan de preparación pasa por sesiones de roller, gimnasio y monte durante verano y comienzos de otoño para llegar con una buena base física al período invernal. Se guía por lo que su tía María Sagasti le planifica. Luego lo complementa sobre la nieve con los sabios consejos de Magda Genuin, esquiadora de fondo en su día y doce veces podio en la Copa del Mundo. Con ella, Laia Palacios avanza con paso firme en su idea de estar algún día en la élite. Tiene 14 años pero habla y piensa como si fuera mayor de edad. «Es la segunda vez que viajo a Italia. Allí, las pistas están señalizadas, cosa que aquí no sucede. Con Magda he mejorado mucho, sobre todo a nivel técnico. Cuando esquío, me siento cómoda y me transmite mucha confianza», apunta la alavesa.

Se entretiene más con la modalidad clásica, aunque reconoce que sus mejores resultados están en la de patinador. Cuando se le pregunta por su sueño, lo tiene claro: «Me gustaría participar en una Copa del Mundo, pero siendo competente. Claro que si pudiera ir a unos Juegos Olímpicos de Invierno, sería lo máximo», revela con cierta prudencia.

Aficionada al cine y la música, tiene tiempo incluso para cursar cuarto de piano. Con la dosis de realismo que destila en su conversación una chica de su edad, también se muestra convencida de lo que persigue para la temporada que está a punto de empezar. «Ganar el campeonato de España en marzo es el objetivo. Si me esfuerzo y hago lo que debo en los entrenamientos, puede ser factible conseguirlo», comenta Laia Palacios, quien mira estos días con más ilusión si cabe los partes meteorológicos. Los primeros copos de nieve incluso se han dejado notar por las montañas cercanas a Agurain y eso es síntoma de que en lugares más altos como Pirineos el blanco elemento está ya presente.

Será el cercano enero cuando arranque una nueva temporada, con cambio de categoría incluido, a la U16. La Copa de España será el gran primer reto. Los metales que obtuvo el pasado año, un oro y una plata en los nacionales, son un buen punto de partida para confirmar su progresión. Los primeros síntomas los ofreció en septiembre en Jaca con motivo del Nacional de rollerski, donde se hizo con la plata.

Aunque si no tuviera poco con el esquí de fondo, Laia también le pega al biathlon -esquí y tiro con carabina-, aunque por normativa en España la licencia no se obtiene hasta los 16 años. «Exige un esfuerzo doble, porque además de esquiar hay que sumar las sesiones de tiro. Luego en competición te exige recuperar rápido entre una modalidad y otra porque si no, pierdes mucho tiempo». Normal así que su alimentación sea además de completa, abundante.