![Mariam Eniola: «Lo que viví me ha hecho fuerte»](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/12/21/mariam-eniola-kWwB-U21010530447108WG-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Ha logrado sobrevivir a la crueldad extrema de la vida. Con cuatro años sufrió graves quemaduras en una pierna, con nueve una lesión irreversible tras una caída en la misma extremidad y un deficiente tratamiento en el hospital. Meses después fallecerían sus padres en un ... accidente. Huérfana y bajo el único amparo familiar de su abuela, sobrevive a la adversidad con el estímulo del deporte como única razón de su existencia. «No estudio porque no me lo puedo permitir. Desde los 15 años, estoy centrada en el bádminton. Quiero ser olímpica en París», afirma con un limitado inglés.
Nada ha sido fácil para Mariam Eniola Bolaji, una joven nigeriana de 18 años que se ha convertido en toda una estrella en su país tras ganar el torneo internacional de parabádminton celebrado en Dubái después de derrotar a la número uno del mundo, la representante de Indonesia, Syakuroh Qonitah Ikhtiar. Es un hito para el continente africano, falto de alegrías. El germen de este éxito radica en Vitoria. Semanas antes, Bolaji se puso en manos de la entrenadora Dina Abouzeid para seguir dando pasos en su preparación. Tímida y con dificultades para comunicarse, regala un duro relato lleno de dolor y esperanza. «Lo que ha pasado en mi vida, me ha hecho ser más fuerte mentalmente. Quiero ser olímpica porque es mi sueño. Lograrlo supondría optar a una beca para poder estudiar, algo que ahora me resulta imposible hacer», explica con rostro serio y mirada cómplice a su ángel de la guarda. Abouzeid es la asesora de la Federación africana de parabádminton. Sabe que tiene, «un diamante en bruto a la que quiero ayudar porque tiene muchas posibilidades. Es joven y con mucho talento», explica ilusionada. En el polideportivo de Zabalgana han trabajado durante diez días, con el único objetivo de «potenciar sus virtudes, que son muchas». «Tiene que mejorar el revés, que es su hándicap», puntualiza la entrenadora hispano-árabe afincada desde hace años en Vitoria.
En el 2020, cuando solo contaba con 15 años, dejó su impronta en el torneo internacional de Cartagena donde fue la jugadora más joven campeona en su categoría SL3. Con una pierna derecha poderosa, la izquierda es en la que sufrió el accidente, y un tren superior fuerte, se deshace de sus rivales con suma facilidad. «Soy competitiva y me gusta ganar siempre», apunta. Tiene una colección de sueños por cumplir que dependen de sus resultados deportivos. En África todo cuesta un sobresfuerzo. Quiere estudiar educación física para seguir vinculada al deporte. Dependerá de su rendimiento en los juegos paralímpicos de París. Es casi seguro que acudirá con una 'wild card', que concede el propio ente federativo. Con 14 años, tuvo sus opciones de estar en Tokio, pero en pleno proceso de recalificación, su entrenador falleció también tras un accidente. Otra desgracia más.
Se siente agradecida por la confianza depositada en ella pero sabe que el futuro en Europa sería más fácil. En Vitoria, ha aprendido a saludar en euskera, a soportar el intenso frío norteño y a saborear los deliciosos churros con chocolate. «Me encantan», apostilla con una leve sonrisa. También ha aprendido a echar de menos, a convivir con el duelo y a perder. Por eso, solo le vale ganar para seguir adelante.
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