Vanesa Abrisqueta: «Todo lo hemos luchado, nadie nos ha regalado nada»

-Mujer y deportista de élite. ¿Una pelea constante?

-Sí. Después de acabar la carrera, como todo el mundo, tuve que buscar mi sitio en varios trabajos y en el deporte, dado que el hockey es un mayoritariamente de hombres y conocido como rudo y duro, siempre hemos peleado para poder jugar.

-Entrenan con chicos porque no les queda otra…

-Eso es. Al principio no había equipo femenino. Ya llevamos varios años con equipo femenino en Sumendi, pero para mejorar entrenamos con los chicos. Eso es normal para nosotras.

-¿Han escuchado cosas desagradables por jugar hockey?

-Lamentablemente, sí. Desde que este deporte no es para chicas, dicho por jugadores de nuestra misma modalidad, hasta que todas las que jugamos somos lesbianas o comentarios feos sobre nuestra sexualidad. Cada vez menos, pero cuando empezamos sí fue desagradable. En Sumendi nunca hemos tenido una mala experiencia, todo lo contrario, valoran nuestro esfuerzo.

-¿Han tenido que llegar los éxitos para ser reconocidas?

-Sí, es verdad. Hemos estado trabajando duro desde que empezamos. Y hasta que, en mi caso, empecé a ser capitana de la selección o logramos alguna medalla mundial, mediáticamente no habíamos tenido ningún reconocimiento. No era suficiente ser buena, ha habido que ganar cosas para recibir ayudas, subvenciones, reconocimiento público.

-Capitana de la selección y reclamando siempre la igualdad.

-Digamos que soy la intermediaria entre el equipo y la Federación. Lo último que conseguimos es no tener que pagar por jugar en un equipo nacional. Es decir, no tener que pagarme los desplazamientos a una concentración de la selección, por ejemplo. Los chicos, cuando ganaban una medalla, recibían una ayuda, cosa que las chicas nunca habíamos tenido. Este año hicimos un escrito y hemos conseguido las mismas condiciones que ellos.

-Hay quienes dicen que el deporte femenino no es rentable y no genera recursos.

-Quien dice eso no ha visto deporte femenino. El hockey hielo en Estados unidos, por ejemplo, tiene muchos seguidores si es femenino. Las normas cambian algo y los hombres pueden cargar al cuerpo y las mujeres no. Eso hace que el juego del femenino sea más rápido, lo hace más atractivo.

-¿La maternidad es una hándicap para el deporte de élite?

-En la selección algunas lo dejaron para ser madres y han vuelto al deporte, pero no a la selección. La maternidad te obliga a parar bastante tiempo, pierdes la forma y volver al máximo nivel cuesta. Mi hermana y yo lo hemos pensado pero, por ahora, lo hemos aparcado. En el momento que decidamos ser madres tendremos que dejar la competición y cambiar la mentalidad porque te cambia la vida.

-¿Qué reivindicación hace con motivo de este 8M?

-Seguir peleando como lo estamos haciendo, seguir haciendo visibles las reivindicaciones. Todo lo que tenemos las mujeres deportistas es porque lo hemos pedido o peleado, nadie nos ha regalado nada.

-¿De dónde le viene este marcado carácter?

-Mis padres nos han enseñado a no conformarnos. Mi madre peleó para que los equipos infantiles fueran mixtos. Siempre detrás de la norma para que nosotras pudiéramos jugar.