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Tamara Vázquez y José Ramón Callén, ante el logo green de Vitoria en la plaza de la Virgen Blanca. el correo

Del canicross a un primer Ironman por amor

La oscense Tamara Vázquez tuvo un flechazo con Vitoria. Vuelve a la ciudad para estrenarse en un triatlón extremode la mano de su pareja y entrenador Joserra Callén

Miércoles, 6 de julio 2022, 00:31

Un Ironman es mucho más que soportar la dureza de una prueba infinita. Detrás de cada triatleta se esconde un motivo diferente para afrontar tantos kilómetros dentro del agua, sobre la bicicleta y corriendo. José Ramón Callén suma 28, gracias a los que se ha ... recorrido prácticamente los cinco continentes. «El Ironman es desde hace años mi estilo de vida porque compito y entreno a mucha gente por todo el mundo», afirma.

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La franquicia se reparte en 44 ciudades y de ellas este oscense de 50 años ya conoce más de la mitad. «Lanzarote, Niza, Vitoria, Suiza, Frankfurt, Dinamarca, Estados Unidos, Hawái, Sudáfrica, Australia, Austria, Nueva Zelanda o Brasil, por mencionarte algunas», enumera orgulloso. Compite como amateur y prepara a deportistas élite o de menor nivel. Todos tienen cabida en su proyecto 'Mi marca personal'. Por su capacidad de persuasión ha enganchado también a su compañera Tamara Vázquez, «runner por pasión» dedicada a la modalidad de canicross con la que ha logrado campeonatos de España de mussing en tierra y viene de conquistar la medalla de bronce sobre nieve.

Ha completado 28 Ironman

«El Ironman es un estilo de vida. Además de competir y entrenar, me permite viajar por todo el mundo»

José Ramón Callén | Preparador y triatleta

Después de participar en el Europeo de Bélgica y el Mundial de Francia, donde finalizó en el puesto 21, sus cinco sentidos se centran ahora en el Ironman. «Digamos que es un Ironman por amor. Joserra me regaló una inscripción para el año pasado en Kazajistán pero se suspendió. Él compitió en Vitoria y me quedé tan enamorada de la ciudad que decidí que mi primera vez sería allí», explica ella. No concibe su vida sin sus mejores amigas, 'Diana' y 'Kona', las perras con las que pasa tantas horas y compite, pero en su preparación para este debut en Álava ha invertido todo el tiempo del que apenas dispone.

Su trabajo como community manager en una empresa deportiva le ha permitido ponerse a las órdenes de su compañero para afrontar esta gran aventura. «Empecé con 12 o 13 horas de entrenamiento a la semana en una primera fase de base. Sobre todo con la natación que, en mi caso, es lo que más me cuesta. Luego viene la fase específica donde se meten más horas porque intentamos reproducir lo que va a ser la propia competición. En estos dos últimos meses hemos alargado mucho más las sesiones, y es duro. Nunca había entrenado semanas de 18 o 19 horas. Nuestro estilo de vida no es profesional pero imita a los profesionales», relata entusiasmada. Su objetivo, como el de todos lo que toman la salida, es alcanzar la meta, sentir ese placer indescriptible que sólo conocen quienes lo han vivido. «Solo he visto en las pruebas de Ironman esa adrenalina e ilusión que se siente cuando cruzas el arco de llegada», afirma alguien que lo ha hecho en 28 ocasiones.

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Su piedra de toque

«Nunca había entrenado 18 o 19 horas a la semana. No somos profesionales pero se asemeja»

Tamara Vázquez | Community manager y triatleta

El aspecto mental

Cuando se siente que el cuerpo está preparado con sesiones de entrenamiento, la pregunta es obligada: '¿estará la cabeza en sintonía?' Tamara afronta el reto de Vitoria con confianza. «Joserra es un entrenador que te apoya constantemente y te hace creer que puedes más de lo que puedes. Me autoconvenzo de que estoy preparada. Habrá horas críticas en la bici o en la carrera a pie. Espero estar a la altura», desea esta atleta oscense de 32 años.

Así como en el maratón existe el temido 'muro' en el kilómetro 32, el Ironman tiene sus puntos clave donde las luces rojas empiezan a encenderse. «Llega un momento en el que el cuerpo te pide que pares. Suele ser hacia el kilómetro 150 de la bici. Cuando lo superas, vas de maravilla en la carrera a pie hasta el 20, donde fisiológicamente hay otra bajada. En ambos casos, la motivación y el pensar en lo que te ha llevado hasta ahí deben ser motivos para continuar», analiza el preparador que, además de acompañar a su novia, también hará seguimiento a varios de sus pupilos que han elegido la capital alavesa como punto de partida para afrontar la gran prueba.

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