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Olga Jiménez
Viernes, 11 de agosto 2023, 00:20
En Mezötúr, localidad húngara de apenas 17.000 habitantes, celebraron el campeonato de España como si del suyo se tratara hace unas semanas. La conexión ... se llama Laura San Juan Banko. La joven vitoriana de 22 años se proclamó en julio campeona absoluta en los 100 metros vallas. Un carrera trepidante finiquitada en 13.26 segundos donde la protagonista supo poner sobre el tartán todas las cualidades que han experimentando una mejora espectacular en el último año. «Siempre menciono a mi entrenador Gorka Zuazo. Empecé a mejorar un poco hace dos años y este último mis marcas han sido muy buenas», explica mientras recuerda que el registro de 13.10 logrado en el estatal sub-23 de Tarragona, a pesar de no ser válido por que el viento sopló a favor 2.1 kilómetros por hora. «Por diez décimas esa marca no fue validada. De todas maneras, me quedo con ese registro en mi haber», reitera.
De padre vitoriano y madre húngara, el doble corazón forma parte de su vida, más tras la ausencia de la figura materna desde hace tres años. Cada verano visita a sus abuelos en Hungría. Ese nexo perdura, así como una lengua heredada que cuida y domina. La doble campeona de España -lo fue también en categoria sub-23- defiende los intereses de la selección magiar. ¿Por qué motivos?
Varias razones explican una decisión nada fácil para la vallista del club Barrutia. «Solo voy una vez al año a Hungría. Sé hablar húngaro. Es muy bonito seguir manteniendo el contacto y tener a mi madre presente. Es un homenaje a ella y una forma de aprovechar este deporte para unirme más a mi otra nacionalidad», explica a EL CORREO. La otra deportiva la empezó a tomar desde el verano pasado e inició los trámites en enero. «Hay bastantes atletas que se están quejando de los criterios de selección de la Federación Española. Me parecen muy duros. La primera idea de cambiarme de selección fue por esto, ya que el año pasado tenía peores marcas y creía que no iba a llegar a cumplir los requisitos», se sincera.
El Europeo sub-23 celebrado en Finlandia ha sido su estreno como competidora magiar. «Una experiencia muy bonita. Hablo húngaro pero la jerga entre jóvenes no la domino. Estuve muy a gusto, la gente me trató muy bien. En cuanto a la competición, iba muy motivada. Fue un premio. Mis marcas fueron buenas», recuerda Laura.
El título de campeona de España de 100 metros vallas le ha abierto varias puertas. Es lógico que el interés mediático y deportivo apunte hacia una nueva estrella en ciernes. «Me ha llegado alguna oferta de algún club y eso supone que ya te pagan. No mucho, porque para que te den un sueldo hay que ser muy bueno. También tendré un representante que me buscará campeonatos. En lo deportivo me va a cambiar algo la vida», señala.
El nuevo sistema de puntos y los criterios están revolucionando el mundo del atletismo. Ahora ya no son solo las marcas y las mínimas, sino los puntos que se suman en determinadas citas internacionales. De ahí la importancia de un profesional que sepa guiarla en ese sentido. «Será esa persona quien me buscará eventos que se adapten a mis marcas para poder lograr buenos puestos y puntos», señala la atleta alavesa cuyo objetivo a medio plazo se centra en el Europeo absoluto. «Me encantaría poder estar. Los Juegos Olímpicos de París los veo casi imposibles. No tengo puntos ni marcas. Quizás los de 2028...», subraya con timidez.
La pequeña Laura y su hermano Daniel competían en el pueblo materno en verano. Inocentes carreras de atletismo que ganaban. La madre lo practicó hasta los 14 años. «Lo que más pena me da es saber que cuando ella vivía, nunca habría imaginado que conseguiría ser campeona de España», lamenta.
Después, los entrenamientos y el trabajo desde niños con el Barrutia en la pista de Mendizorroza han modelado a ambos. Daniel se inició en las pruebas combinadas pero la exigencia y los problemas físicos derivados del desgaste de tantos entrenamientos le han empujado a centrarse desde este año en los 110 vallas y 100 metros lisos. «Nos ayudamos y además estamos con el mismo entrenador. Por ese lado, muy contenta de que él también se sienta feliz y logre éxitos», comenta.
Después de semanas sacando brillo al meritorio oro y apartada de las vallas durante unos días, es momento de disfrutar del sol y la tranquilidad de las playas de la costa mediterránea. «Hasta septiembre me tomo un respiro. Ya he tenido mucha ración de vallas», comenta con humor.
Graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, antaño denominado IVEF, este año cursará un máster en profesorado por la Universidad del País Vasco. «Es una opción para conseguir trabajo. Con el título de IVEF ya no vale. Lo inicio con mucha ilusión», explica con enorme madurez y responsabilidad.
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