Arrate Mintegui (Vitoria, 1988) empezó con la gimnasia artística a los 6 años, antes de introducirse en el triatlón a partir de los 14. En 2013 hizo su primer Ironman en Brasil y suma un total de ocho de larga distancia en su trayectoria deportiva. ... El sacrifico y la exigencia de este deporte han pesado en la cabeza de esta vitoriana que ha decidido tomarse un año de descanso para volver con más ganas y motivación. En este año diferente donde ha sido protagonista del reality 'El Conquistador', esta licenciada en educación física trabaja como socorrista y entrenadora en la Escuela de atletismo del club La Blanca. Crítica con el deporte que le apasiona, «porque ya no es lo que era», valora competir en el próximo Ironman Vitoria después de verlo este año desde el otro lado con cierta nostalgia. Esta mujer tímida pero cercana en las distancias cortas habla sin tapujos de los pros y contras del triatlón.
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–¿Un año de paréntesis sirve para regresar con más ganas?
–Ha sido un año diferente, es verdad. Solo he competido en el campeonato de España de duatlón y en algún cross con el club La Blanca. Empecé la temporada entrenando con el Dida Triatlón, con muchas ganas. Pero luego por trabajo y otros compromisos, decidí dar prioridad a lo laboral. Visto con perspectiva, me ha venido muy bien porque llevaba varios años un poco quemada y a medias. Ha sido una desconexión real el no competir. Creo que el ambiente del triatlón ha cambiado bastante y se ha perdido un poco la esencia de este deporte.
–Recordamos su tercer puesto en el Trivitoria de 2014, y quinta en 2016.¿Fueron sus mejores años?
–Por resultados, está claro que subirse al podio del Triatlón de Vitoria no se consigue todos los días. Y aquel tercer puesto hace cinco años fue muy especial y emotivo para mí. Hacerlo en tu ciudad, delante de tu gente, es lo mejor que te puede pasar como deportista.
–Este año no ha participado en el Ironman de Vitoria, ¿qué le parece la entrada de la franquicia?
–Lo veo negativo para Vitoria. Entiendo que desde el punto de vista de empresa que cada uno piensa en sus beneficios, pero se ha perdido lo que era el triatlón de Vitoria. A mí me ha parecido que en esta edición ha habido menos público que nunca. Ese ambiente familiar ya no estaba. Al final, al público de Vitoria y Euskadi lo que le interesa es ver a su gente competir, no creo que le den mucha importancia a la presencia extranjera. Con este cambio, y sin prueba half, habrá menos gente que se anime a practicar triatlón.
–¿Se planteó alguna vez ser triatleta profesional?
–Soy triatleta porque me apasiona el deporte. En el triatlón empecé con 14 años. Eso ha supuesto mucho sacrifico, dejar de hacer muchas cosas cuando era más joven. Esos peajes que se han ido repitiendo en mi vida, al final, llegan a cansarte y te planteas que ahora mismo igual ya no apetece tener que dejar de hacer tantas cosas por entrenar o competir. Para vivir de ello, tenía claro que no. Pero la dinámica de entrenamientos y competición te arrastra casi al profesionalismo aun sin cobrar. Llegué a crear un club, el Aloha, entrené a gente y viví más intensamente este mundo del triatlón. Pero me desanimé y lo dejé hace dos años. Claro que alguna vez lo piensas, tener objetivos ambiciosos, pero cuando chocas con la realidad, la dificultad es máxima. Ya no solo influyen los resultados que tengas, sino cómo sepas venderte en redes sociales. A mí me gusta especialmente Instagram. Es una manera de expresar y lo veo como una buena herramienta.
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–¿Las redes sociales son una competición más al margen de la deportiva?
–Se ha creado un debate sobre esto. Hay gente pseudo famosa que le da por hacer triatlones y que consigue más patrocinadores que profesionales contrastados como Eneko Llanos. Eso a los deportistas también les desanima. Entiendo que todo es importante, pero parece que no vale con ser un buen deportista, sino que además debes mostrarlo y hacerlo visible para que la gente te siga y lo sepa. Hay que encontrar ese equilibrio y no siempre es fácil.
–Además de lo deportivo se ha prodigado en el mundo de la televisión con programas como 'El Conquistador', ¿cómo fue la experiencia?
–Confieso que no era muy seguidora del programa, pero como ya había participado anteriormente en el programa de Gailurra Xtrem, de carreras por montaña, pues quise probar el reto. Es un programa de televisión y está claro que no es solo una competición, sino que entran más cosas en juego. Sentí cierta impotencia en algunas pruebas donde no dependías solo de tu esfuerzo, porque influyen más factores. La experiencia de no disponer de las comodidades que tenemos en nuestro día a día te hace valorar mucho más lo que tienes cuando vuelves. Es lo que más me ha llenado.
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