Alavés

Las Gloriosas, ganadoras en la derrota

Un día gris en Vitoria y las ausencias de una semana vacacional en la capital alavesa amenazaban con deslucir la jornada, pero fueron 4.000 los espectadores que desafiaron a la meteorología adversa para arropar a la escuadra de Andrea Esteban. Buena respuesta. En la grada y en el campo, donde las Gloriosas tutearon a un rival de categoría superior que se terminó llevando el derbi amistoso por su mayor pegada. La motivación y el orgullo de las vitorianas neutralizaron la mayor calidad de las bilbaínas para brindar un partido equilibrado que decantó el gol de la exalbiazul Sanadri, ahora con la camiseta rojiblanca.

Al rebufo de esas emociones, fueron las Gloriosas las que entraron mejor en el derbi. Y un cabezazo de Pichi dejaba constancia de esa declaración de intenciones de las vitorianas (m. 4). Pero una cosa son las ganas y otra el fútbol. Y ahí, a día de hoy, es mejor el Athletic, que paulatinamente fue imponiendo su mayor calidad para terminar dominando el primer tiempo, por momentos con relativa comodidad. Impulsado por ese gol de Sanadri en el minuto 13. Tenía que ser la exdelantera alavesista la que abriera el marcador en una jornada para el recuerdo en Mendizorroza.

Casi sin querer, al encontrarse en el corazón del área un centro lateral de Elexpuru mal defendido por el conjunto babazorro (m. 13). La inmediata respuesta de Laura Moreno no encontró portería. Incisiva la delantera albiazul, uno de los principales focos de peligro de las Gloriosas junto a la batuta de Alba Aznar y la pujanza por la banda derecha de Cristina Auñón, que a punto estuvo de sorprender a Quiñones en un centrochut que pegó en la parte superior del larguero (m. 40). Poco antes, la rojiblanca Oguiza también había estrellado el balón contra el travesaño de Sofía Fuente (m. 33), cuando más claro era el dominio del Athletic en esa primera mitad.

En el descanso, carrusel de cambios. Ocho en el Alavés, diez en el Athletic. Un partido diferente, con nuevas protagonistas. El balón seguía en poder de las rojiblancas, pero fue la albiazul Rebecca Elloh la que sacó al juego de un dominio un tanto monótono de las bilbaínas. Contragolpe que Sara Carrillo alarga a la banda izquierda para que la marfileña aproveche su velocidad y, tras una bicicleta en el área, llevara el 'uy' a las gradas de Mendizorroza (m. 53).

Una ocasión que espoleó a las Gloriosas, que empezaron a jugar en campo contrario y merodear las inmediaciones del área vizcaína. El disparo alto de Almu avivó los ánimos de la afición alavesista y, contagiada por la grada, la escuadra de Andrea Esteban buscó con más ahínco el tanto del empate. Con el consiguiente riesgo, en forma de más huecos para los contragolpes del Athletic, que por esta vía avisaba en las botas de Amezaga y Zugasti primero (m. 72) y Ortega después (m, 79), en un potente disparo que impactó en el lateral de la red.

Parecía que el momento del Alavés había pasado, que volvía a ser el Athletic el que dominaba. Pero las albiazules tiraron de casta y orgullo para acercarse al empate hasta el último suspiro de sus fuerzas. Opciones para Elloh, muy activa, y Sara Carrillo. Aunque la última, ya en el minuto 90, fue de nuevo para la visitante Amezaga, detenida por la portera albiazul Eider Egaña.

Una acción que sirvió para redondear la emotividad de la jornada. Por la situación particular de la protagonista. Andrea Esteban repartió minutos para todas sus pupilas. También para la joven guardameta, que saltó al césped en los últimos cinco minutos después de pasar por dos operaciones graves en el dedo meñique. «Curra día a día y estoy muy contenta de poder darle este premio de pisar Mendizorroza con gente a una jugadora como ella, que tiene todo eso que queremos los entrenadores, de esfuerzo, de estar con el equipo, de superar situaciones adversas», reflexionó la técnico.

La colegiada pita el final. El resultado, aunque siempre importa, fue lo de menos. Las jugadoras de los dos equipos se abrazan, las albiazules se acercan a la grada, donde les espera una afición que llenó Mendizorroza de esos gritos de 'Alavés, Alavés' tan reconocibles durante cien años en este estadio. Las Gloriosas perdieron el partido, pero fue mucho más lo que ganaron.