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El Deportivo Alavés Gloriosas vuelve a competir en la Liga Iberdrola. Tras un parón que se extendió más de la cuenta a raíz del brote por covid de su último rival, el Levante, el equipo vitoriano llega con las pilas totalmente recargadas al duelo de ... esta tarde ante el Rayo Vallecano (16:30 horas). Toca retomar el fragor de la competición después de tres semanas en boxes.
Las pupilas de Crespo se verán las caras con las madrileñas en Ibaia, escenario que esta temporada se ha convertido en un auténtico fortín. En casa, suman 20 de los 27 puntos totales, dato que resume la importancia capital del Alavés Gloriosas cada vez que juega delante de su afición. Enfrente, un rival que engaña cuando uno tiene ante sí la clasificación de la Primera Iberdrola. El Rayo Vallecano cierra la tabla con sólo 11 puntos, un escaso balance que se ha maquillado en los últimos tres encuentros con un triunfo y dos empates consecutivos, el último ante un Atlético de Madrid que lucha por hacerse con una plaza de la próxima edición de la Champions League.
«El mayor error es pensar que, por medirnos al colista, está todo hecho», avisa Crespo. El preparador habla claro sobre el riesgo de jugar este tipo de encuentros ante equipos que, a priori, se deberían antojar más sencillos por su bagaje en la competición. Contra la tentación de relajarse ante un rival así, el técnico del Deportivo Alavés desea evitar distracciones y mantener el juego que tantas alegrías está dando a una de las revelaciones de la temporada en competición liguera. Gaste, que sufrió un fuerte golpe en uno de sus hombros durante un entrenamiento, será la única ausencia de cara al duelo de esta tarde.
Tras permanecer más de tres semanas sin competir, el Alavés Gloriosas se conjura para jugar ante las madrileñas y cosechar tres puntos que, a falta de siete jornadas para el final del campeonato, colocaría al equipo muy cerca del objetivo principal, el de permanecer un año más en la máxima categoría del fútbol español. «Esperamos un partido complicado, al Rayo le gusta defender muy atrás, consigue transiciones con tan sólo un despeje y a balón parado en el apartado ofensivo es muy fuerte. No arriesgará mucho a la hora de sacar el balón, pero tiene instrumentos para hacer que el partido sea difícil», afirma Crespo.
En relación a la clave del duelo, el preparador albiazul cree que será importante «marcar primero. Si conseguimos anotar hará que ellas se desplieguen. No creo que sea algo definitivo, pero sí puede ser una buena opción. Debemos ser efectivos a la hora de coger confianza de cara a llevarnos el triunfo». A la hora de definir al cuadro rival, Crespo destaca «la fuerza y la lucha» de un Rayo Vallecano que «va a pelear hasta el final y a darlo todo con tal de mantenerse en Primera División. Lleva tres jornada consecutivas sin conocer la derrota y además puntuó ante un rival como el Atlético de Madrid, será un partido difícil».
Definir esta temporada al Rayo Vallecano se antoja muy complicado. Especialmente a la hora de valorar los acontecimientos extradeportivos que rodean a sus jugadoras, principales damnificadas de las caóticas y descabelladas decisiones que ha ido tomando su presidente, Raúl Martín Presa.
El club de Vallecas, al menos en el cuadro femenino, se halla en caída libre y con una nula sostenibilidad. Su técnico es Carlos Santiso, en el ojo del huracán tras filtrarse varios audios donde alentó a su cuerpo técnico a cometer una violación grupal como, según afirmó, «los del Arandina», club en el que tres jugadores fueron condenados a 38 años de cárcel por agresión sexual a una adolescente de 15 años en diciembre de 2017.
El problema no sólo se centra en el nombramiento de Santiso como técnico, sino en las condiciones que deben soportar las jugadoras vallecanas. Lo último, según afirman medios madrileños, es que el club ha dejado sin electricidad a varias componentes de la plantilla que viven en los pisos de alquiler que proporciona la entidad. El enésimo contratiempo de una plantilla que se ha planteado más de una vez ir a la huelga.
Este último suceso engloba un año lleno de polémicas. En septiembre, las jugadoras amenazaron con no comenzar la liga por falta de recursos y retrasos en los pagos de las nóminas. Para apuntillar aún más las malas condiciones, el equipo en más de una ocasión ha viajado a los partidos sin cuerpo médico.
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