La gloria se conjuga en femenino plural

El ascenso de Las Gloriosas abrocha el '3 en 1' feliz al término de una temporada en la que empezamos por mordernos las uñas y casi acabamos rascándonos los muñones. 2021, año II de la pandemia, pero ejercicio que recordarán generaciones de fieles como el del Centenario del club casi clandestino por los efectos del coronavirus que nos deja un himno nuevo en 'gallina de piel', la permanencia sufrida hasta extremos insalubres del cuadro masculino y el ascenso del femenino allá donde brillan las mejores. Desde ayer ya se autoriza a cantar -aún con mascarilla- que somos de Primera, tanto en hombres como en mujeres. Merecido lo tenían de antemano ellas al cuarto año de vida de la sección, después de merodear anteriormente el éxito sin degustarlo. Hasta ayer.

Las discípulas de Crespo demostraron sobre el césped artificial alcalaíno la jerarquía con la que han vestido su uniforme de gala durante la temporada que tan bien acaba. Diría que se trató de un partido engañosamente nivelado porque, reconociendo la relativa posesión local de la pelota sin demasiados agobios para Cris, se requería un ábaco con el que contar el alud de oportunidades visitantes. En la docena me detuve así, a vuelapluma, frente a los acercamientos rojiblancos que generaban alguna zozobra por la angostura del marcador. Cierto que el Deportivo lo descerrajó pronto (minuto 13) con un penalti de esos que llaman 'de libro', estupendamente transformado por Miriam mediante un tiro raso y esquinado al palito de atrás. Pero tan verdadero como que la tranquilidad real sólo recompuso a la afición albiazul mediante el 0-2 (minuto 67) de Ane Miren al aprovechar la enésima indecisión y lentitud de la vulnerable zaga rojiblanca por su eje central. Y esas dudas, ante un bloque que muerde con los incisivos del carnívoro en cada pelota dividida, es sinónimo de ocasión.

Las Gloriosas regresan de la artística y literaria localidad madrileña dejando migas sustanciosas del bloque que forman. Un equipo solidario donde el apuro de una representa el deseo de resolverlo entre todas, bien dispuesto sobre el campo y con gusto por jugar el balón hasta encontrar los pasillos productivos. Entre los doce 'huys' cabía contar tres de la lesionada Sanadri y dos al final de Chamorro, uno de ellos en un duelo al sol contra la meta contraria que habría rubricado el 0-3. El caso es que las chicas viajaron para ascender y en una matinal de paraguas abiertos a modo de sombrillas se escuchaba cantar a capela el himno de Donnay. Poco antes del definitivo lanzamiento espacial a las 13.58 horas del 30 de mayo de 2021.