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lara pemán
Viernes, 20 de septiembre 2019, 11:10
Las ampollas, los hematomas subungueales, o las uñas clavadas son algunas de las alteraciones más frecuentes que se suelen dar al sobrecargar nuestros pies, tras largas rutas, maratones o diferentes pruebas deportivas. A estas alturas alturas, en la que muchas personas deciden salir ... a completar el Camino de Santiago o están preparándose para participar en la media maratón de Vitoria, o alguna otra larga caminata, te proponemos seguir una serie de consejos para evitar males mayores y poder disfrutar de la experiencia.
Lo primero que hay que tener en cuenta es cerciorarse de tener el mejor equipamiento posible para el cuidado de tus pies. Por ello, a lo largo de las semanas previas a la actividad, es recomendable que acudas a tu podólogo de confianza para ponerlos a punto. En esta sesión se llevará a cabo un cuidado total de los pies, contando con el cortado de uñas correcto y con la eliminación de lesiones como callosidades o durezas.
Otro punto muy importante a tener en cuenta es el calzado. Es fundamental saber cómo será el terreno por el que vamos a transitar para poder elegir un calzado acorde. Sin embargo, hay tres características imprescindibles que debe cumplir el calzado, y es que debe ser ligero, impermeable y transpirable. Y, por supuesto, nunca debemos estrenarlo justo para el momento de la caminata.
De la mano del calzado van los calcetines. Estos también juegan un papel muy importante ya que ayudarán en el confort y, por lo tanto, también en el disfrute de la práctica. Al contrario de lo que se ha dicho toda la vida, debemos evitar los calcetines de algodón ya que tienden a arrugarse, por lo que ayudarán a la formación de las tan temidas ampollas. Estos deben ser de material sintético, transpirables y sin costuras. También sería bueno que si superamos las 5 horas de caminata podamos contar con unos calcetines de repuesto.
Una vez más, como en el día a día, la hidratación es fundamental. Es conveniente hidratar la piel las semanas previas a realizar la práctica, así como todas las noches antes de cada etapa. Pero siempre evitando poner crema entre los dedos. Si padeces de exceso de sudoración, usar productos antitranspirantes, como los polvos de talco, ayudará a secar ese exceso de humedad, para poder evitar la aparición tanto de ampollas como de infecciones.
También es bueno que protejamos nuestros pies de fricciones. Es decir, si tienes algún tipo de deformidad (juanetes, dedos en garra, huesos prominentes, etc.), es conveniente que se protejan con apósitos antes de cada salida. Y tras el finalizado de cada etapa, es recomendable realizar un lavado de los pies en agua fría o sales calmantes, previo a un masaje con crema hidratante o vaselina.
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