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Livia López (Bilbao, 1979) cuenta las horas para el comienzo de la Copa de la Reina. Entre bambalinas, un esfuerzo y trabajo del Araski, acompañado por las instituciones y federación vasca en esa unión que ha supuesto traer el evento a la capital alavesa. La ... presidenta no descarta que su equipo pueda ganar el título, en una Copa de las sorpresas, donde a priori Perfumerías Avenida o Girona están llamados a levantar el trofeo. La estabilidad del club o sus nuevos retos profesionales unidos a la política son temas que no elude, aunque el cansancio se hace visible.
-¿Cómo han sido estos días previos al inicio de la Copa?
-Todos éramos conscientes de lo que suponía. Es cierto que estos eventos toman la dimensión que tú quieres poner. Puedes limitarte a organizar un acontecimiento en el que hay siete partidos y ya está, o intentar sumar más cosas y que esté todo lo más perfecto que seamos capaces y que el dinero dé. Desde el principio, todos los que estuvimos en la cocina de esta candidatura, con las instituciones alavesas, Ayuntamiento de Vitoria, Diputación y el Gobierno vasco a través del área de Turismo y el apoyo de la Federación Vasca como 'socio organizador', teníamos muy claro que queríamos hacer las cosas lo mejor posible. Ha sido un trabajo de día a día, de miles de cosas pequeñas y otras tantas grandes.
-¿Tan importante es que esta edición sea la mejor? ¿Es el reto que se han marcado?
-No creo que sea un reto. Ni tampoco el objetivo. Vamos a hacer la Copa que somos capaces de hacer. La mejor Copa de la historia o no, todo será relativo. Supongo que otros habrán hecho cosas mejores y nosotros también las superaremos. No se trata de ser más que nadie sino de dejar nuestro sello y nuestra marca de identidad y poner en el mapa a Vitoria una vez más para demostrar que esta ciudad tiene esa capacidad de organizar eventos de gran calado y en este caso de deporte femenino, que es lo que tratamos de hacer visible.
-¿Cuántos puntos de inflexión suman ya en el Araski?
-(Risas). Ya he perdido la cuenta. Después del ascenso inesperado, de la Copa de la Reina en Girona y el play off por el título en nuestro primer año en Liga Femenina, ya no sé qué decir. Es verdad que el camino que vamos marcando va teniendo sus etapas clave. Todas son importantes para la trayectoria, pero ser anfitrión y participar en la organización de una Copa va a ser un antes y después, sobre todo, en cuanto a la repercusión social y mediática. Sentir cómo la ciudad se está volcando te da una idea de que es el camino correcto. Quiero pensar que toda esa gente que va a venir a Mendizorroza por primera vez, que va a ser mucha, podrá comprobar que el deporte femenino también da espectáculo, ambiente, emoción y mucho esfuerzo. Por no hablar del ambiente de las gradas con aficiones que serán ejemplares y que se volcarán, sobre todo la nuestra.
-¿Qué les diría a los que piensan que el Araski puede ganar la Copa de la Reina?
-(Risas). El Araski puede ganar la Copa. No seré yo la que diga que este equipo no puede hacerlo. No lo he hecho nunca, pero es cierto que cuando he pensado que era difícil me han dado en los morros. Y que todos estos hitos deportivos que hemos ido teniendo se han basado en no ponernos ni la meta ni la presión. Soñemos despiertos. Primero hay que ganar a Cadí La Seu. Y luego ir haciendo camino. La Copa es un torneo donde todo es posible. Somos conscientes del potencial de los favoritos Perfumerías Avenida y Spar Citylift Girona y que están a otro nivel, y Lointek Gernika es otro equipo muy fuerte. Lo bonito es que no hay rival pequeño.
-¿Se imaginaba cuando era jugadora que todo esto sucedería en Vitoria?
-Para nada. Era impensable. El que diga que lo soñó y lo pensó, miente como un bellaco o bellaca. Pero todo esto es una suma y es lo bonito. Es el club, el equipo en la élite, la afición, los medios de comunicación, las instituciones. Es la gente que se ha ilusionado con el proyecto, con el baloncesto femenino. Por no hablar de las niñas, de la cantera que tienen ya sus referentes, conocen a las jugadoras, comparten con ellas.
-¿Su deuda con el baloncesto ya está saldada?
-Está saldada hace mucho. A nivel personal sé lo que he puesto. No voy a decir que he dado más de lo que he recibido, pero he dejado muchas horas de mi vida y lo he hecho porque he querido, como muchos locos y locas que también se dejan la piel por ayudar de manera altruista y por pura militancia. Me gustan los retos y todo lo logrado es porque somos un equipo, donde Made, Joseba, José, Laura, Amaia y todos los que me dejo, forman parte de este trabajo en el día a día.
-¿Tras la Copa, pone punto y final a su trayectoria en el Araski y se centrará en la política?
-De momento, no. En el Araski hay mucha tarea y aún tengo que definir qué pasa con mi otro camino que aún está por definir. Tampoco tengo muchas más cosas que deciros, de verdad. Hasta que no pase la Copa, no me he centrado en ese nueva faceta. Supongo que habrá un antes y un después y cuando llegue el día 4, habrá que pensar en ello.
-¿Alguna vez pensó que podría vincularse a la política?
-Ni por asomo. Nunca, de verdad. Sinceramente, no me veía, pero por circunstancias personales se te van presentando situaciones y oportunidades y así me lo voy a tomar, como una experiencia y reto personal. Seguro que voy a aprender.
-Sabida la dependencia del Araski de las instituciones, ¿tendrá el club continuidad en el tiempo?
-No tengo una bola para leer el futuro, pero creo que sí. Seamos realistas, no hay ningún proyecto deportivo, ni masculino ni femenino, que no dependa de las instituciones. Somos conscientes de que siempre vamos a tener que contar con ese respaldo institucional que muchas veces, no es solo dinero, es cobertura, ayuda en cuestiones logísticas, pero evidentemente casi todo acaba traduciéndose en dinero. Esa necesidad seguirá, pero en los últimos años, el Araski está teniendo un poso de apoyos privados, de generar recursos de esa masa social que viene que se hace abonados, como otras fuente de ingresos importante. Después de estas tres temporadas en Liga Femenina ya tenemos un mayor conocimiento para afirmar que estamos en una buena posición.
-¿El paso siguiente sería competir en Europa?
-Sinceramente, no lo tenemos en mente ni a corto ni a medio plazo. Pero tampoco voy a decir de esta agua no beberé porque las circunstancias, a veces, cambian en muy poco tiempo. Es cierto que, si la estabilidad económica te va permitiendo mejorar, nunca se sabe.
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