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Los salmantinos ya tienen su deseada Copa y no será por falta de ellas en las vitrinas del club perfumero. La que se celebraba en su ciudad, en un multiusos Sánchez Paraíso a rebosar y ante el rival esperado y vapuleado por el dominio ... insultante de las de Miguel Ángel Ortega.
Tiene mucho más mérito lo realizado por el Rpk Araski en semifinales ante un equipo descomunal, que entre lo bueno tiene lo mejor, con jugadoras estrella que ven el baloncesto desde otra dimensión.
Bajo la batuta de una extraordinaria Silvia Domínguez y la pelea incesante de Laura Gil fue la americana Tiffany Hayes la MVP de la final (25 puntos y 24 de valoración). A pesar del tremendo golpe que daba con su barbilla en el suelo y que trasladó a la grada un silencio de preocupación. La estrella de la WNBA volvió a ser excesivamente vehemente en sus gestos, al igual que contra las vitorianas, pero tiene talento para repartir y llevó a su equipo al objetivo. Como en una atragantada semifinal ante las alavesas, digan lo que digan en los mentideros baloncestísticos.
En los prolegómenos se homenajeó a la única seleccionadora que ha tenido España, María Planas. En un día tan señalado como el 8 de marzo el reconocimiento adquirió mayor simbología.
La final apenas duró dos cuartos. El experimentado Ortega volvió a apostar por Cazorla y Domínguez de inicio, para controlar y desesperar a Palau y Nuria Martínez. Las bases del conjunto catalán no aparecieron.
Tampoco el juego interior. Las locales sumaron 36 puntos en la pintura, solo 14 las gerundenses. Y eso que Coulibaly se entonó y ofreció alternativas en el juego de ataque donde el desacierto fue apagando a las de Eric Surís.
Se respiraba en el ambiente el deseo de venganza ante un Girona campeón de Supercopa y Liga, convertido en la bestia negra de las charras. Con 22-17 al cierre del primer cuarto, fue en el segundo cuando el título empezó a tener dueña. Un triple de Marta Xargay acercaba a las catalanas (26-25) y fue detonante del particular recital de Loyd y Hayes. Unos contra unos letales y fiesta desde el tiro exterior a la que se sumó Andrea Vilaró al filo del descanso, 43-33.
El trabajo de Maite Cazorla seguía haciendo mella. Oscuro e invisible en sus estadísticas, la canaria estuvo sobria en la de intendencia. Hayes seguía a lo suyo. 13 puntos en el tercer cuarto con todo un arsenal de recursos baloncestísticos preparados para exhibir. No se quedó con nada dentro la All Star en 2017 que además no ocupa plaza extracomunitaria por su pasaporte de Azerbayán. Cosas del deporte.
Para cuando Girona quiso ir, Perfumerías ya estaba de vuelta con 20 puntos de ventaja (57-37) que cayeron como rayos en el orgullo catalán. Los equipos ganadores tienen dificultades para ir por detrás y a merced. Palau y compañía sabían que la final se les escurría de las manos. No hubo reacción ni chispa en el actual campeón de liga, agotado física y mentalmente. Los 40 años de Laia Palau y los 36 de Nuria Martínez pesan en torneos tan cortos e intensos.
Vasic y Bishop aportaron a su estadística, una labor de maquillaje que no hacía sino alimentar el júbilo de las azulonas y un público impaciente por levantar su Copa. Desde 1995 no ganaba el equipo anfitrión. Lo hace un club hecho a golpe de talonario por la familia Recio para coleccionar títulos. Éste lo entregó por primera vez la reina Letizia. Una Copa de nivel deportivo sobresaliente, aunque con escasa repercusión en la capital salmantina donde la afición vitoriana volvió a ser reconocida como la mejor de las ocho presentes.
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