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Queda lejos la Euskal Kopa con la que el Araski inauguró su exitosa temporada. En esa final, ganada de poder a poder al Lointek Gernika, rival en los cuartos de final de la próxima Copa de la Reina, Laura Quevedo fue MVP con 17 puntos ... y 24 de valoración. Quizás fue un augurio de una temporada estelar para la de Coslada, que comenzó a jugar al baloncesto con 5 años y que después de pasar por hasta seis equipos en Liga Femenina, Bembibre, Ferrol, Perfumerías Avenida, Cáceres, Zamora y Rpk Araski, ha encontrado el sentido a su baloncesto y quizás a su vida en Vitoria.
«No me importaría quedarme en Vitoria», declaraba en una entrevista a EL CORREO hace dos meses. Han pasado 17 jornadas y los números de Quevedo se acercan a su mejor versión, la que se vio en la campaña 2015-16, liderando la escuadra ferrolana con 11,9 puntos, 6,3 rebotes, 13,3 de valoración en 35 minutos de promedio. Un aval para fichar por el Perfumerías Avenida, donde la joven madrileña no encontró su sitio y apenas promedió 15 minutos, con 3,6 puntos y 1,7 rebotes. Y es que, con solo 23 años, Laura Quevedo se ha hecho un nombre en el baloncesto nacional, corroborado con la brillante plata lograda en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Es como si todo lo hubiese hecho demasiado deprisa. En el Araski es la jugadora total, una todoterreno cincelada con mimo por Made Urieta, que ha sabido exprimir el talento innato para convertirse en pieza imprescindible. Disputa 26 minutos por partido, la segunda en esa faceta, sólo por detrás de María Asurmendi. Anota 9,8 puntos con un extraordinario porcentaje del 48,7% en tiro de 2 y un 38% en tiro de 3, además del 80% en tiro libre. Además de ser vertical y rápida, se ha convertido en una especialista defensiva, como demuestran sus 3,5 rebotes y un rol específico para parar a las exteriores rivales con más amenaza ofensiva.
Disfruta tanto en labores de contención que su juego crece desde esa faceta. Ante la ausencia de Tania Pérez por lesión, ha asumido responsabilidad siendo jugadora clave de los últimos cuartos como ya sucedió ante Bembibre, Valencia y también frente a Quesos El Pastor. Ella que ha sido integrante de equipo grande tiene entre ceja y ceja ganar a un grande. Lo persigue, como el resto de sus compañeras, conscientes de que cada vez está más cerca. «Nos encantaría dar un susto ante un grande. En Valencia no pudo ser y estuvimos muy cerca, pero estoy segura de que llegará».
Quevedo parece haber encontrado la regularidad en su juego. «Soy feliz y eso se nota en la pista. Estoy muy contenta, es la clave de todo. Me gusta la ciudad, el equipo, las compañeras, no me puedo quejar de nada», afirma sonriente.
Vino de Zamora donde promedió 11,2 puntos, 3,2 rebotes en 32 minutos. Pero no se sentía importante. La confianza es un factor vital en cualquier deportista. Ella que sabe lo que es disputar una Copa de la Reina y ganarla, siente una ilusión especial por este torneo. «El partido de cuartos ante el Lointek Gernika es un partido importante e ilusionante. Es un derbi vasco y es un partidazo. Las favoritas son ellas, tienen una gran plantilla que es envidiable, pero creo que podemos dar un susto y disfrutar todas juntas en Salamanca».
Se ha quedado con la etiqueta de ‘la jugadora elegante’. A su talento, se une un físico privilegiado que añade plasticidad a cada acción que ejecuta en la pista. Para la suerte del Araski, Quevedo por ahora, se queda. Está claro que la jugadora se ha vuelto a revalorizar y que su continuidad dependerá de muchos factores, aunque a nadie se le escapa que Vitoria es ahora una de las plazas más apetecibles para las jugadoras nacionales de la Liga Femenina.
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