El Kutxabank Araski recupera el pulso

La gallega volvió a sufrir una fea torsión de su tobillo izquierdo que le dejó fuera del choque, con doce minutos vitales por jugar. Se le pedía un poco más a Anna Cruz, que sumó 12 rebotes y también a Joy Adams (11 puntos), más sólida en la retaguardia. Quevedo volvió a ser el faro ofensivo con 15 puntos. La de Coslada inauguraba el choque con un triple. A la larga, el acierto desde esta distancia, un 42% sería definitivo. Las dos faltas de Koné en apenas 4 minutos desactivaron a las insulares. Con 12-23 en un notable primer acto, la diferencia se fue ampliando con buenos minutos de Joy Adams, dominio del rebote, segundas opciones en las capturas ofensivas de Tamara Seda y el tiro de cinco metros de Abalde.

A pedir de boca jugaban las de Urieta, felices en las transiciones rápidas lanzadas por María Asurmendi y una recuperada Izaskun García La defensa vitoriana hizo su trabajo, provocando un total de 20 pérdidas rivales. Solo Taylor fue capaz de romper el cerrojo visitante.

Al descanso, el 22-34 amarraba media victoria. Un parcial canario de 9-2 en el arranque del tercer capítulo generaba dudas en un Araski que solo había anotado una canasta en cinco minutos. Ante esa sequía, las locales no aprovecharon su momento. Seda salió al rescate con dos canastas. En plena recuperación, un mal apoyo mandó a Tamara Abalde al banquillo dolorida en su tobillo izquierdo, el mismo que se dañó en el pasado derbi contra el Lointek. Con 33-40 en el marcador y 12 minutos por jugar, podía ser un momento de fractura, pero el Araski supo permanecer unido. Los minutos desde el banquillo de Laura Pardo fueron importantes y la presencia de Anna Cruz con Asurmendi dio criterio y fluidez al ataque.

Dos triples de la navarra y Adams cerraron el tercer acto (37-47). Con el duelo de cara, era cuestión imponer la pausa. Sin embargo, dos triples de la alemana Hartmann y la insistencia de Taylor colocaron al Gran Canaria al borde de la remontada (53-54, minuto 38). Dos jugadas precisas de Izaskun García, asistencia y canasta, la templanza de Asurmendi y la fe del grupo fueron suficiente para celebrar con merecimiento una victoria que cambia el rumbo. El domingo toca rematar la semana en Mendizorroza ante el Casademont Zaragoza.