El talento innato tiene nombre y apellido en el baloncesto nacional: Irati Etxarri. La zurda de oro nacida en Pamplona hace 24 años encabeza una generación que pide el relevo en la selección española de Miguel Méndez. Ha madurado en lo personal y encontrado su ... camino al cabo de cuatro años en La Seu.
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- ¿Cómo definiría la temporada de su equipo?
- Es difícil porque aún no ha terminado. Con el tema del covid la temporada está muy revuelta. Tuvimos unas semanas en las que no pudimos entrenar, casi un mes sin estar las diez jugadoras. Estoy muy contenta con lo que llevamos andado porque hay que reconocer que mis compañeras son maravillosas y con una gran actitud para trabajar y estar juntas. Es la clave.
- Desde fuera dan la sensación de conjunto fiable.
- Somos muy fiables en defensa. Podemos tener o no el día en ataque pero atrás somos un muro.
- Tras cuatro años en La Seu se ha producido su explosión como jugadora. ¿Así lo siente?
- Eso parece (risas). El año pasado, sobre todo la gente de La Seu, ya lo venía comentando. Yo misma me sentí mucho mejor. Este verano ha sido de mucho trabajo, de estar focalizada en lo que tengo que estar, en tener claros mis objetivos. Eso me ha ayudado a tener la claridad mental que una necesita para realmente sacar el máximo rendimiento.
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- La llamada de la selección, el liderazgo de este Cadí La Seu... ¿Cómo ha ido gestionándolo todo?
- Desde hace tres años trabajo con un psicólogo deportivo. Yo lo llamo seguro de vida. Es también preparador físico y mi entrenador durante el verano. Él me ayuda muchísimo a gestionar todo esto dándome las herramientas necesarias. Reconozco que el hecho de ir a la selección española me afectó aunque la gente no se diera cuenta. Fueron unas semanas de muchas emociones y de tener que gestionarlas mientras estás compitiendo en tu club, porque la liga no para. En mi caso todo era positivo pero al final eran tantas cosas a la vez que resultaba muy difícil mantener los pies en el suelo y centrarse.
- ¿Qué queda de aquella joven que descubrimos en Vitoria hace seis años?
- Años de por medio, muchos aprendizajes con buenas y malas experiencias. Sobre todo hay un crecimiento personal muy grande. Siempre digo que cuando llegué al Araski no era una niña porque ya tenía 18 años pero era el momento en el que empiezas a escoger tu camino en dirección a la persona que quieres llegar a ser. Creo que en esos años, los dos en el Araski y los cuatro que llevo en La Seu, lo que he conseguido es conocerme a mí misma, definirme como persona y tener claras las cosas que quiero en la vida.
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- ¿Mantiene aquel desparpajo que enamoró en su estreno en Vitoria?
- Creo que aquella jeta que le echaba (risas) hoy en día está mejor canalizada y es lo que me ha hecho ser mejor jugadora. Es verdad que he tenido un poco de jeta para todo en la vida, te lo pueden decir mis padres. Y es verdad que bien gestionada es un punto muy a favor porque te hace ser valiente y pensar poco cuando las cosas se tuercen. Porque si lo piensas mucho, terminas por no hacerlas.
- ¿Cómo va su carrera de Ciencias de la Actividad Física y Deporte que inició en Vitoria, además en euskera?
- Lo dejé. Me di cuenta de que no me quería dedicar a ello en un futuro. Así que empecé un curso a distancia de auxiliar de veterinaria y este año he hecho las prácticas. Ya soy titulada y veremos cómo puedo seguir formándome pensando en que cuando me retire del baloncesto, pueda dedicarme a mi otra pasión, los animales.
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- ¿Qué sensaciones le transmite el Araski?
- Es un equipo que si tiene el partido, es difícil de ganar. Si ellas se ven capaces de llevárselo, el partido se puede complicar. Si nosotras estamos serias, haciendo el trabajo que tenemos que hacer, realmente somos superiores.
El mes de marzo sigue su curso para el Kutxabank Araski, que afronta ya el tercero de los siete partidos previstos. Visita esta tarde al Cadí La Seu (Palau Municipal D'Esports, 20:00 horas, Canal FEB), un feudo casi inaccesible y donde solo ha pescado el Spar Girona. Las pupilas de Made Urieta se presentan con la plantilla al completo y el deseo de borrar la dura derrota en el derbi vasco del domingo en Mendizorroza ante el IDK Euskotren.
De lograrla, la décima victoria daría tranquilidad al Araski y abriría una distancia interesante respecto de los equipos de la zona baja de la clasificación de la Liga Femenina Endesa. La mejora en su baloncesto se hace indispensable ante una escuadra leridana que se caracteriza por su fortaleza defensiva. Encaja un promedio de 60 puntos por jornada.
La alternativa a los grandes
Las catalanas, cuartas con un balance de 15 victorias y 7 derrotas, se han convertido en la alternativa al trío de equipos que aspira a todo: Perfumerías Avenida, Spar Girona y Valencia Basket. Desde el trabajo impecable de Bernat Canut en el banquillo, han vuelto a consolidar un grupo sólido, con la navarra Irati Etxarri en plenitud promediando 14, 7 puntos y 8,4 rebotes. Pero el secreto es un juego coral, donde también destacan en la línea exterior la escolta norteamericana Mikayla Pivec y las bases Laura Peña y Laia Raventós. En el juego interior, la estadounidense Jewel Tunstull es la referente, bien escoltada por la eslovaca Lukacovicova y la joven Montse Brotons, las tres por encima del 1,90 metros de estatura.
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