Un esfuerzo al límite sin recompensa

Con porcentajes por debajo del 30 por ciento, sin triples, sin contraataques, sin alegría. Las de Urieta se colocaron por detrás ya desde el primer cuarto (20-14). Lo de hacer la goma no va con ellas, que pudieron contar con los puntos y rebote de una recuperada Tamara Seda, sombra amenazante de las potentes pívots guipuzconas. La inteligencia de Tamara Abalde, con juego de espaldas y tiros de cinco metros liberados, le valió para ser el sostén ofensivo y la máxima anotadora del Araski con 13 puntos. Renacía Joy Adams, más involucrada en el juego. Solo 8 puntos del juego exterior al descanso (32-25) traducían las dificultades en los ataques posicionales de las vitorianas.

La permisividad arbitral con los contactos perjudicó a las visitantes en un juego que se fue endureciendo. En ese cuerpo a cuerpo, el equipo verde tiene todas las de perder. Cuando la desventaja regresó a los 9 puntos, mediado el tercer período (38-29), el partido sufrió un apagón anotador de cuatro minutos, roto con un parcial de 0-6 que avivó el fuego en el conjunto alavés.

Asurmendi comenzó a modelar el choque a su gusto; el ritmo con el que Araski quiere jugar y el aderezo de defensas de enorme valor que desactivaron a las de Muguruza. Las visitantes empezaron a creer. Un triple de Asurmendi y otra canasta para ponerse por delante después de 32 minutos agazapado (38-40). Las bombonas de oxígeno empezaban a ser urgentes. Dos triples consecutivos de Laura García pesaron en las cabezas vitorianas. Tanto nadar para morir en la orilla tuvo que pensar la escuadra gasteiztarra, harta de defender como leonas, pero sin posibilidad de hincar el diente en canasta rival. Aparecieron Sarr y Lara González y amarraron una victoria de necesidad, la misma que perseguía Araski para romper una racha que ya se estira a las tres derrotas.