Un objetivo casi inalcanzable

Pero entre el querer y el poder hasta kilómetros de distancia en esta plantilla. Casi un abismo insuperable. Con una sensación de cansancio mental de las locales, el partido tuvo el guion ordenado de un visitante como el Casademont Zaragoza que con un quinteto de garantías que anotó 73 de los 79 puntos de su equipo mientras Anna Cruz se sentaba en el banquillo visitante sin comparecer.

No hubo ADN Araski, ni un orden establecido. Las de Carlos Cantero, con mucho acierto de cara al aro, siempre encontraron puntos en las manos de su pareja de pívots Hempe y Gimeno. Dos jugadoras interiores que, además, aportan desde el exterior. Delaere puso su elegancia a sus 18 puntos. Lara González su trabajo incansable mientras que la americana Calhoun no tuvo su día pero supo sacrificarse por el grupo.

Hasta el minuto 4, Araski pudo sostener el toma y daca, con un triple de Gracia Alonso que puso en ventaja a las suyas (7-6, minuto 4). El después fue un ejercicio de buen hacer, de manejo del tempo y del juego protagonizado por las aragonesas que ya despegaron en el primer acto. La entrada en pista de Arrate Agirre e Izaskun García, la mejor de las verdes, regaló dos triples para apretar en la anotación, pero los desajustes defensivos, las pérdidas y la poca aportación de Atkinson empezaron a bloquear a las locales, frustradas en sus ataques estáticos y cayendo una y otra vez en las trampas defensivas de su rival. El recital de Hempe y Gimeno no tenía fin, ante la nula oposición defensiva. Mucha voluntad por parte de la capitana Laura Pardo que sufrió ante sus pares, lo mismo que Seda, casi desaparecida, mientras Dongue intentaba en acciones individuales no perder el pulso al encuentro. El Araski no encontró un quinteto de garantías y las rotaciones generaron aún más desconcierto. Al descanso, los 13 puntos de diferencia reflejaban la inconsistencia local. De este equipo siempre se espera esa reacción, ese punto dei nflexión que rompa una mala dinámica para convertirla en un torrente de locura en la pista. Llegó tras el receso mediante el carácter defensivo.

Desde alternancias defensivas y con el arrojo y la entrega que se pedía a este grupo, impulsadas por la calidad de Atkinson y las piernas frescas de Izaskun García, las vitorianas recuperaron ese placer que es jugar con corazón al baloncesto, correr en la pista y defender hasta el límite con el premio del contraataque. Urieta entiende así su baloncesto y eso le ha dado réditos indiscutibles, pero este equipo quiere y no puede. La reacción parecía consumarse con el 45-46, pero sin llegar a voltear el marcador. Cantero volvió a plantar a su quinteto de garantías para arrebatar la guinda que rozó el conjunto verde. Asurmendi regaló un último esfuerzo con cinco puntos (55-58, minuto 32). Pesó ir por detrás, demasiado. El Casademont ajustició a su rival para no darle ni una opción de llevarse un triunfo con sabor a play off.