El Araski cae con la cabeza muy alta

De nuevo un mal arranque con 2-10 reveló que este Araski llega tarde a los partidos, particularidad que debe mejorar. Solo siete jugadoras de color verde pisaron el parqué vitoriano, mientras las tres canteranas solo pudieron dar su apoyo emocional. El Casademont, con Mariona Ortiz dirigiendo la orquesta mientras Atkinson en su regreso a la que fue su casa se entonaba. Sin acierto desde el triple y con un juego de contención, las locales cerraron el primer cuarto (12-20), con más ganas que fortuna.

Seda se aprovechó de, esta vez sí, su mejor aliada en el juego del dos por dos, Melisa Gretter, que empezó a crecer dentro del encuentro. La argentina sí fue esa jugadora determinante que se fichó este verano. Las de Cantero fueron sumando pérdidas y tampoco dominaron el rebote. Solo los triples y el mayor acierto desde el tiro libre determinaron la desventaja de 11 puntos al descanso. Los méritos de las vitorianas no se reflejaban en un marcador que, parecía, podría romperse con el paso de los minutos para el lado del más fuerte. Sin embargo, Urieta volvió a destapar su argumentario táctico, defensa alta y en zona, para generar confusión en su adversario.

Una fuerza de la naturaleza llamada Sami Hill (19 puntos) dinamitó el tercer acto con cuatro triples, aderezados con penetraciones y defensas ejemplares. El equipo de Euroliga era engullido literalmente por un Araski pleno de deseo. Casi seis minutos sin anotar dieron para ir amasando un parcial sonrojante de 19-6. Mérito de las alavesas, con un sostén impagable como es la capitana Van den Adel. Debutó la vitoriana Nerea Hermosa en la tierra que le vio nacer pero vistiendo la camiseta contraria. Emocionante ver a esta jugadora que será importante.

Fue tal el despliegue local que fructificó con un volteo mágico en el resultado (43-41). El esfuerzo tuvo el peaje esperado hasta agotar el último gramo de energía. Imposible parar el fondo de armario rival. Helena Oma y Fiebich, con tres triples precisos, tiraron por tierra las ilusiones de desbancar a uno de los grandes y sumar ese triunfo balsámico que las gasteiztarras necesitan como el comer. Tiene que ser la semana que viene en Barcelona, un equipo de su liga, antes de que los nervios empiecen a aflorar.