Anna Cruz se sube al tren del Kutxabank Araski lista para «hacer de Vitoria mi segunda casa»

No lo ha pasado bien. Han sido seis campañas en Rusia y varios meses en Turquía con el Fenerbahce para despedirse en enero y decidir pasar por el quirófano, donde recompuso su menisco. Son circunstancias que han pasado factura en la cabeza y el cuerpo de una jugadora con una mochila repleta de vivencias.

Tras su debut con el UB Barça en 2002, tres temporadas en el Arranz Jopisa Burgos y un paso fugaz por el CB Oleasa, llegó en 2009 al Rivas Ecópolis, donde logró dos Copas de la Reina y un subcampeonato de Euroliga en 2012. La crisis le empujó a emigrar a Rusia. Tres temporadas en Nadezhda (2013-16) y tres más en el Dynamo Kurks (2016-19) con el que logró la Euroliga.

En ese trayecto, su presencia en la WNBA –2014 con los New York Liberty y en 2015 y 2016 con Minessota Lynx– le daría el premio más importante, un anillo de la mejor liga del mundo. Fue la segunda española en lograrlo tras Amaia Valdemoro. Después de 158 internacionalidades con España, su palmarés está repleto de éxitos. Destacan dos medallas de oro en los Eurobasket de 2017 y 2019, dos platas (Juegos olímpicos Río 2016 y Mundial 2014) y cuatro bronces (Eurobasket 2009 y 2015 y Mundial 2010 y 2018).

¿Qué le mueve a esta estrella del baloncesto nacional a fichar por un club humilde? El dinero no lo es todo en el deporte. Además de estar cerca de los suyos, el grupo que se encontrará en Vitoria comandado por Made Urieta es un aliciente y «algo que hoy por hoy priorizo». Además, reconoce «las ganas de identificarme con un club, sentir sus colores y volver a experimentar la pasión con la que siempre he vivido el baloncesto». «Espero hacer de Vitoria mi segunda casa», asegura Cruz. En el horizonte, la cita olímpica de Tokio como anhelo.

Si su lesión de rodilla, segunda operación de menisco en su carrera, evoluciona como se espera, Cruz ofrecerá en la pista todo lo que le ha hecho ser un referente en los últimos años; velocidad, capacidad de desborde y una brillante mecánica de tiro. Será como 'dos' donde podrá hacer un tándem ideal con María Asurmendi e Izaskun García.

La capacidad de persuasión del Araski sigue siendo clave para atraer a jugadoras nacionales, con Made Urieta como gran imán. «Su carácter ambicioso, su generosidad y su experiencia ayudarán al crecimiento del equipo», apunta la entrenadora alavesa de su nueva pupila.