![La realidad supera el sueño olímpico de la maratoniana Elena Loyo](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202108/10/media/cortadas/ala-sueno-olimpico-khaH-U150199544259OIH-1248x1000@El%20Correo.jpg)
![La realidad supera el sueño olímpico de la maratoniana Elena Loyo](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202108/10/media/cortadas/ala-sueno-olimpico-khaH-U150199544259OIH-1248x1000@El%20Correo.jpg)
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Con las pulsaciones bajas, con el descanso merecido tras meterse entre pecho y espalda 42 kilómetros y 195 metros, a nadie se le escapa la capacidad competitiva y la gran carrera que completó Elena Loyo en Sapporo. Su primera experiencia olímpica quedó saldada de manera ... sobresaliente, en una prueba donde el mayor enemigo fue el propio recorrido, que castigó constantemente a las corredores, con tramos eternos de subidas pronunciadas y un 'rompepiernas' que poco a poco iba menguando las fuerzas. El calor, superior a los 30 grados, y la humedad fueron factores que también hubo que sortear. De hecho, fue el maratón más lento de los diez femeninos que se han disputado en unos Juegos Olímpicos.
La de Murguía hizo un ejercicio de absoluto control de sus fuerzas, de menos a más, tal y como lo había entrenado con Martín Fiz. En su primer parcial de 15 kilómetros (54:11) ocupó la posición 45. Se manejó en un segundo grupo por detrás de las favoritas, donde siempre estuvo cómoda. Con un tiempo de 1:16:40 completó la media maratón. En la posición 47. Las segundas partes de la alavesa suelen ser mejores. Y lo volvió a cumplir. «Me quedo con el momento en el que me he enfrentado conmigo misma, porque iba con mucho miedo y dudas. Cuando he dicho 'Elena, deja ese diálogo y ponte en otro diálogo en modo positivo, tira para adelante, concéntrate bien y ya está'», declaraba horas después de concluir la prueba.
En cabeza de carrera, las favoritas protagonizaban el otro maratón, al alcance de casi nadie. La prueba de las pruebas en la larga distancia tiene, hoy por hoy, dominio absoluto africano, con Peres Jepchirchir subiendo a lo más alto del podio en féminas y Eliud Kipchoge revalidando su título olímpico en hombres, ambos de Kenia. La vencedora invirtió un tiempo de 2:27:20. Loyo llegó 7 minutos y 18 segundos más tarde. Entera, sonriente, exultante. Feliz. Celebrando su llegada a una meta que se puso cara, con más de una decena de abandonos debido a las condiciones tan extremas. Que se lo digan a la actual campeona del mundo, la keniana Ruth Chepngetich, que se descolgó del grupo de cabeza antes de los 30 kilómetros y abandonó poco después. Por tanto, conseguir ser la primera española, por delante de la supuesta jefa de filas, Marta Galimany, que pinchó en la segunda parte, y décima europea son palabras mayores. «Hubiese firmado este Top 30 antes de ir a Tokio», declaraba la alavesa.
La carrera de Elena Loyo no recibirá diplomas ni medallas, seguro que para muchos caerá en el olvido, pero es de un enorme valor y sabe a gloria para una atleta tardía, que se metió en el atletismo de manera profesional hace apenas siete años y que de la mano de todo un campeón del mundo y de Europa como Martín Fiz ha sabido exprimirse para sacar lo mejor de ella en una disciplina dura y sacrificada. «A las duras y a las maduras, siempre lo tuvimos claro y ahora es hora de disfrutar de unos 42.195 metros que han sido de mucho sufrimiento. No estos 42 kilómetros sino todo lo que queda atrás: llorar, reír... Un maratón olímpico para el recuerdo. Enhorabuena, Loyo, Loyito», escribía en sus redes sociales Fiz, su mentor.
Antes de acudir a la cita olímpica, el propio Fiz habló de la edad atlética de su pupila. «Tiene 38 años, pero como empezó tarde en el atletismo, diría que tiene 20 y mucho recorrido aún porque en este deporte es una recién llegada», apuntó. Puede que sea un aviso, pero con los Juegos de París en tres años, no es descabellado pensar que Elena se lo plantee como objetivo. Hoy por hoy, es la mejor maratoniana nacional, a la vista de sus óptimos resultados en competición. Ha superado sus miedos y ha demostrado un control de la distancia y de su cuerpo propios de una atleta con más experiencia.
Murguía se prepara para recibir a una de sus ilustres vecinas. Loyo ya ha anunciado que tiene planes futuros. «Estas cosas te renuevan la ilusión. Hay un antes y un después, pero el camino continúa», ha manifestado. Por ahora, lo que toca es descansar y disfrutar de una experiencia única, ganada con mucho sacrifico y esfuerzo.
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