Diana Vecillas: «Me quito muchas cosas para poder entrenar»

– Viene de ser campeona de Euskadi de duatlón de media distancia y subcampeona en distancia sprint. ¿Sus mejores resultados?

– Sí, sí, Estoy que no me lo creo. De no haber hecho nada, a dos podios, en Zuia como campeona de Euskadi de media distancia y en Oñati en sprint. Aún no me lo creo. Parece que todos los esfuerzos tienen sus frutos. Estoy en una nube. Es verdad que son muchas horas de entrenamiento, compatibilizarlo con el trabajo y con un niño. Lo hago por gusto, pero es muy sacrificado. Es el primer año que subo a podio y ya van dos (risas).

– ¿Cómo aguantó la dureza del circuito y el calor que sufrieron en Zuia?

– Buff, hizo mucho calor y también viento. Eso nos perjudicó y hubo casi deshidratación porque la organización no contaba con esas temperaturas y en la bici apenas había avituallamiento. En el pueblo de Acosta me tuve que parar en una fuente. Preferí perder tiempo para hidratarme. Y el circuito, súper duro. Ya lo había preparado y sabía que tenía que reservarme en el primer tramo porque la bici iba a ser dura. Y en la bici también me guardé algo porque en el tercer tramo había una cuesta de unos 300 metros en la que había que ir andando de lo dura que era.

– ¿Se puede decir que es una recién llegada al triatlón?

– En el 2016 me compré una bici y empecé a nadar un poco. Correr lo hago desde niña porque hacía atletismo. Lo dejé un tiempo porque en Madrid no te cunde para estudiar y entrenar. Pero cuando me vine a Vitoria me ofrecieron correr la carrera de las Empresas y lo hice con Osakidetza. Volví a retomar lo del correr y después ya con bici y nadar, me federé con el equipo Dida Kirol Taldea-Cafés Foronda y hasta hoy.

– ¿Duatlón o triatlón?

– Te diría que triatlón porque nadar no se me da nada mal. He hecho desde sprint hasta en 2018 el half de Vitoria. Pero parece que el duatlón tampoco se me da mal.

– Es deportista, trabaja en un hospital como enfermera y es madre de un bebé de 17 meses. ¿Cómo se organiza para llegar a todo?

– En casa, mi pareja Alberto Díaz también es triatleta. Fue campeón de Euskadi de triatlón olímpico en 2016. Tras pasar por equipos como Bulletbike, Arabatri, ahora está con TriBomberos. Gracias a su trabajo como bombero podemos apañarnos con el mío para turnarnos con el niño y con los entrenamientos. Es un rompecabezas, pero me quito de cosas básicas como ir a un bar a tomar algo o de la peluquería para ir a nadar y a correr una hora.

– Una madrileña, campeona de Euskadi. ¿Qué le han dicho sus amigos y familia?

– Uy, están super orgullosos de mí. Aquí en el equipo me llaman la de Vallecas (risas). Me siento de aquí. Me encanta Vitoria, tengo mi trabajo, mi casa, mi pareja y mi hijo. Es una ciudad ideal para poder entrenar triatlón. En Madrid es casi inviable. Te tienes que coger el coche y hacerte un montón de kilómetros para poder ir a entrenar. Aquí lo tenemos todo a mano, la piscina en Mendizorroza, zonas todas las que quieras del anillo verde para correr, buenas carreteras para poder rodar en la bici. ¡Más no se puede pedir!

– ¿Después de un embarazo cuesta más volver?

– En mi caso, te diría que he vuelto mucho mejor. No sé qué me dio este niño. Será porque he perdido muchos kilos. Tengo un niño muy movido y eso requiere dedicación y poco sueño. Alguna vez me he ido a entrenar tras dormir dos horas o a trabajar con pocas horas de descanso. Estoy más delgada de lo habitual. Por eso voy más ligera. Pero no noto muchos cambios en mi cuerpo. Estuve un tiempo sin correr hasta fortalecer el suelo pélvico y luego, poco a poco, me puse a entrenar. Después del confinamiento me puse a correr y noté mejores sensaciones que antes del parto.