Fernández de Olano: «Ganar la San Silvestre vitoriana sería un sueño»

–¿Cómo es capaz de llevar una vida tan exigente?

–Requiere bastante sacrificio. Como todo lo que es importante, requiere un esfuerzo. Pero sarna con gusto no pica (risas).

–Ha vuelto a Vitoria tras dos años en Valladolid, ¿en el exilio?

–(Risas). No, para nada. Terminé allí mi trabajo de fin de grado y luego he estado trabajando y haciéndome a la ciudad, acoplándome a un grupo de entrenamientos y un entrenador con el que sigo a pesar de mi regreso. Pero reconozco que echaba de menos Vitoria. A mí me gusta mucho correr aquí, con mi gente, con este ambiente tan bonito. Es muy emocionante. La San Silvestre es un ejemplo, una carrera simbólica. Yo empecé corriendo la prueba Txiki, que era una distancia de un kilómetro. Recuerdo que me levantaba con muchos nervios y que lo vivía con intensidad. Tengo ese dorsal guardado. De pequeña gané alguna edición, pero la de adultos aún no. Ganarla sería un sueño. Ya te digo que es muy simbólica y la equiparo a cualquier campeonato nacional por el valor que tiene para mí.

–Con 24 años, ¿aún es joven para la media y larga distancia?

–Sí, todo tiene un proceso. Yo con lo que he disfrutado ha sido con la pista y las carreras populares que corro de entre 5 y 10 kilómetros. Sin olvidar el cross, que me encanta. Es verdad que estoy empezando a meter más volumen de kilómetros y la verdad es que mi cuerpo lo asimila bien. En cuanto lo considere pertinente, seguro que empiezo más en serio con distancias más largas. Lo siguiente podría ser una media maratón. Pero poco a poco.

–¿Tiene objetivos ambiciosos?

–Sí y no. Quiero decir que plantearse grandes objetivos es someterse a una presión que tampoco está bien. Es cierto que este año quiero conseguir mi mejor estado de forma. Hace 3 o 4 años estuve muy bien y quería superarlo. Ir metiéndome en competiciones de ruta. Este año he empezado también a probar con el trail y lo compagino con mi preparación de cross y asfalto. He competido un par de veces y como me apasiona correr y la montaña, estoy encantada.

–¿Y la selección o campeonatos internacionales?

–Buff, ¡a quién no le gustaría! Son palabras mayores. Es ir trabajando e ir viendo. Mira, quién le iba a decir a Elena Loyo hace unos años lo que ha conseguido hasta ser internacional, una pena lo del Mundial de Doha. Siempre ha tenido mucha planta. Es, sin duda, de las mejores maratonianas. Es nuestro referente.

–¿Se considera un diamante por pulir?

–(Risas). Ojalá. Sé que tengo aún mucho margen de mejora. De momento, lo voy disfrutando.

–¿Por qué ha fichado por un club pequeño como el Kon Sport?

–Barajaba varias opciones y, al final, me ha convencido la estructura del equipo con el que me quiero enfocar en la ruta, el asfalto y el cross, que eso sí que es el regreso a mis inicios. Siento que vuelvo a casa, que quiero recuperar algo de la esencia del principio. Tengo la sensación de que estoy entrenando con soltura, en mi entorno y de una manera casi profesional, aunque debo compatibilizarlo con trabajo a media jornada, estudios con un máster. Estoy en una etapa de querer seguir progresando en el atletismo y dar más pasos.

–Dígame el podio de la San Silvestre vitoriana.

–Uyy..., qué difícil me lo pones. Creo que Elena Loyo está por encima del resto y si no ocurre nada extraño, volverá a ganar. Y luego estamos otras que podemos entrar en el podio, como la vitoriana Claudia Anduaga, que para mí tiene un talento innato.