![Elena Loyo: «Tardé unos segundos en darme cuenta de lo que suponía el tiempo que marcaba»](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202012/07/media/cortadas/loyo-Rt431JiUSmWxgFFtTjzbWaN-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Elena Loyo viene de hacer realidad un sueño que perseguía desde hace un tiempo. En un año 2020 complicado a nivel mundial por la pandemia, con las dificultades añadidas para algunos deportistas de élite, el objetivo de la alavesa se centraba en lograr la mínima ... olímpica. No solo la ha conseguido, sino que con un tiempo de 2:28:25 mejora en más de dos minutos su marca personal. Si nada se tuerce, será la cuarta atleta alavesa olímpica tras Blanca Lacambra, Maite Zúñiga y Martín Fiz.
–¿Cómo es el día después de lograr la mínima olímpica para Tokio'21?
–Estoy con la tranquilidad de que el trabajo ha salido. De que toda la tensión de las últimas semanas y todas las situaciones por las que pasamos han tenido su recompensa. Y, por supuesto, con una inmensa alegría y emoción. Llegando a meta, cuando vi el crono, tardé unos segundos en darme cuenta de lo que suponía el tiempo que marcaba. Cuando fui consciente de ello, la emoción fue muy grande.
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–¿Es habitual recortar en más de dos minutos su mejor tiempo en un maratón?
–(Risas) Habitual o no, lo he hecho. Pero también te digo que ha sido una preparación especial, muy rara, por no decir compleja, por el hecho de haber parado dos meses por la pandemia. Hemos tenido que buscarnos la vida para no estar parados y mantener el cuerpo activo en la medida que hemos podido. Por suerte, me dediqué a trabajar cosas de base que me han venido bien y que igual no trabajas en el día a día porque nos falta tiempo para ello. Te pueden las ganas. Por una parte, íbamos con incertidumbre porque no habíamos hecho competiciones para comprobar en qué estado iba. Es verdad que estaba haciendo entrenamientos buenos, pero nunca sabes. Por otra parte, las ganas que tienes de explotar en una competición, de hacerlo bien, de sacar todo el trabajo y kilómetros que hay detrás de esto. Psicológicamente también ha sido dura, por extremar las precauciones ante el virus. Así que se recoge con doble agrado porque el resultado ha sido bueno.
–¿El estar fuerte y decidir tirar a partir del kilómetro 32 fue una sensación nueva?
–He hecho pocos maratones, pero cuando lo he gestionado correctamente he llegado más o menos bien a la parte final. Por cómo iba en carrera, me sentía bastante cómoda y confiaba en tener fuerzas al final. Es verdad que fue un poco extraño que la liebre se fuera en el 32, cuando pensábamos que estaría hasta el 35. Todas se miraron entre ellas, el grupo se dispersó un poco y decidí tomar el mando ante las dudas que vi. De ahí hasta final dosifiqué los diez kilómetros que me quedaban y salió todo bien, hasta el punto de que me quedé con algo de fuerza.
Experiencia
Preparación incierta
–¿Cuánto ha influido la ausencia de competiciones?
–No le di valor. Me mentalicé de que, independientemente de lo que hubiese pasado antes, ese día era el día de intentar sacar lo mejor que había en mí y me centré en esa idea.
–¿El control mental ha sido clave?
–Todos los detalles suman. He hecho todo lo posible para tener esa suerte que buscas el día clave. Esos detalles del día a día, concentración, apartar las cosas negativas de la cabeza y quedarte con lo que te aporta cosas positivas. Centrarse en sacar lo mejor de ti es fundamental, pero puede llegar la cita y que no te sientas bien. Por suerte, los días previos estaba muy nerviosa, pero llegó el momento de calentar para la prueba y me relajé, me centré y eso me ayudó para que saliera todo bien.
-Cumple 38 años en enero. El atleta Ayam Landassem ha pulverizado el récord español con 39. ¿Es la reivindicación de los veteranos?
–La verdad es que no me gusta hablar de la edad. Cada uno saca lo mejor que tiene y creo que no hay que fijarse tanto en los años que tiene.
–Con la mínima olímpica, ¿es segura su presencia en Tokio como aseguraba a este periódico su entrenador Martín Fiz?
–Bueno, de momento tengo la mínima. En un principio, tengo bastantes papeletas, sí.
–Después de Blanca Lacambra, Maite Zúñiga y el propio Martín Fiz, será la cuarta atleta alavesa en competir en unos Juegos Olímpicos.
–Si fuera fácil, no se valoraría tanto. Desde luego que estoy muy contenta de haber logrado esto que hace unos años ni siquiera era un sueño para mi y que en estos últimos meses ha sido un sueño que se ha hecho realidad con mucho esfuerzo.
–Si echa la vista atrás, ¿considera que todo ha ido muy rápido en su corta carrera deportiva?
–No tengo esa sensación. Tampoco ha ido tan rápido. En el día a día, todo el trabajo que hay no pasa rápido, como bien sabes. Más bien, me parece que han sido unos años muy plenos e intensos. Me da la sensación de que este tiempo ha valido por diez años de mi vida anterior a ser atleta.
Futuro en maratón
–¿Se le pasa por la cabeza lo que ocurrió con el Mundial de Doha y su ausencia por lesión?
–Yo no pienso en malas fortunas. Más bien pienso que las cosas pasan por algo y no todo va a ser color de rosa. De Doha he aprendido cosas y no lo considero ni siquiera algo negativo. Miro más hacia delante que hacia atrás.
–¿Dónde está su límite en el maratón?
–No lo sé. No sabía que podía llegar hasta aquí. Si me hubiese puesto límites anteriores pues quizás no lo habría intentado. Volveré a poner mis piernas y mi corazón en las competiciones y veremos si se puede mejorar.
Aunque su ficha federativa corresponde al Bilbao Atletismo, su grupo de amigos con los que entrena a diario lo tiene en Vitoria. Algunos de los atletas del club Alimco Running Fiz, como el exciclista profesional Íñigo González de Heredia, Borja Abecia, Roberto Ramos, Iban Rodríguez o Toñín Blanco, le han acompañado durante muchos kilómetros.
–¿Qué hay de esa grupeta de atletas que le han acompañado en sus entrenamientos?
–Puedo decir que tengo unos grandísimos compañeros, no solo para mover las piernas y correr, sino para sentirme querida y apoyada.
–¿Con la mínima en el bolsillo, en quién piensa?
–En Martín (Fiz) y su apoyo incondicional. En esa grupeta, con Íñigo González de Heredia a la cabeza. En José Félix Bilbao, que psicológicamente ha hecho un trabajo muy importante. En mucha gente.
-¿Qué plan tiene en los próximos meses?
–Intentaré competir en lo que la pandemia nos permita. No cambia nada, salvo que la preparación del año que viene estará dirigida a estar lo mejor posible para Tokio.
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