Ensayo del espectáculo dedicado a Zarra y detalle del baile de Adriana Bilbao. pedro urresti

'Zarra' baila en el gaztetxe de Zorroza

Residencias ·

Adriana Bilbao prepara el espectáculo dedicado a su abuelo en el pabellón que han convertido en una factoría de la danza

Domingo, 7 de agosto 2022, 01:25

A veces Adriana Bilbao y Peio Mentxaka se preguntan si la transformación del viejo gaztetxe de Zorroza en una factoría de la danza, es decir, un lugar de referencia para los creadores de esta disciplina -con local de ensayos, escenario y material técnico a su ... disposición, talleres formativos y bolsa de residencias artísticas, apoyo a lo largo del proceso de creación de un espectáculo- no irá un poco despacio. La idea se queda en el aire cinco segundos, puede que diez, porque un repaso rápido a lo que se está haciendo allí gracias al empeño de la bailaora bilbaína y su pareja (que es bombero y dedica su tiempo libre al proyecto), por medio de la asociación D8 Sorkuntza Faktoria, indica lo contrario. Esto va rápido.

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Veamos. Solo hace dos años, en lo peor de la pandemia, Adriana se compró su pequeño tablao portátil para ensayar en su casa. Como es evidente, el local de Zorroza, situado bajo la autopista y con una larga historia como sala de conciertos, estuvo cerrado unos cuantos meses como tantos otros sitios. En el invierno de 2021, la bailaora adecentó una parte del espacio superior del gaztetxe como aula de ensayo y un mes después invitó a una de sus profesoras, La Lupi, a dar una master-class.

Ese año, en primavera y verano fueron arreglando tanto la sala de ensayo como el escenario, incluidas las cuestiones técnicas, para poder poner en marcha todos sus planes sin olvidarse de programar más talleres de todo tipo y conciertos. Todavía están introduciendo mejoras. Esto ha sido posible gracias a las aportaciones económicas tanto del Gobierno vasco (en el caso de la renovación del escenario y del material técnico) como del Ayuntamiento de Bilbao, con el objetivo «de dinamizar culturalmente el distrito» y a través del programa Bilbao Aurrera, y también de la Diputación. Las dos últimas instituciones han financiado residencias artísticas, de las que ha habido ya unas cuantas.

Agenda repleta

Aunque el año pasado ya ofrecieron el gaztetxe a diversas compañías, ha sido a lo largo de este 2022 cuando la agenda ha estado repleta de personas creando sus espectáculos allí gracias a estas bolsas de ensayo: hasta ocho compañías han pasado por allí entre mayo y finales de este mes, y otras cinco lo harán después del verano.

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Lo más interesante de esa nueva oferta es que esta vez las residencias serán remuneradas, en una acción financiada por la Diputación. Además del periodo de preparación artística y técnica en la sede de D8 Sorkuntza Faktoria en Bilbao -una primera semana de creación en el aula de ensayos y una segunda en el escenario, con dos técnicos puestos por la organización aparte del que tenga la compañía- los proyectos seleccionados contarán con una asignación de dos mil euros al finalizar su estancia.

«Se trata de profesionalizar el sector, por eso el apoyo económico es tan importante», explica Mentxaka. «Y priorizamos la danza, pero estamos abiertos a otras disciplinas porque lo que nos interesa es que el espacio se utilice de forma continuada, que se sienta como algo cercano, que genere confianza en las compañías». Las que resultan seleccionadas se comprometen a mostrar un día su trabajo a la gente interesada en una especie de jornada de puertas abiertas al proceso creativo que pueda enganchar a nuevos públicos.

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Este año ya han pasado por el local ocho compañías, y otras cinco ensayarán después del verano

El plazo para presentar los proyectos está abierto hasta el 21 de agosto y las consultas relativas a la convocatoria se tramitan a través de info@d8sf.eus. Mientras tanto, quien ocupa los espacios es Adriana Bilbao, inmersa en la preparación del espectáculo que estrenará en noviembre en el Teatro Arriaga.

'Zarra' rinde homenaje a su abuelo y es la primera obra grupal que coreografía. Ha invitado a ocho compañeros de su época en el conservatorio para la ocasión. «Compartimos cuatro años, hubo muy buena sintonía y me apetecía hacer algo juntos a nivel profesional», señala Adriana Bilbao en una pausa de los ensayos. «No quiero hacer una obra cronológica sobre él, sino partir de recuerdos, de sentimientos y valores que nos ha trasladado». Y es que Zarra fue «un excelente jugador y una persona increíble», algo que no solo dice su nieta. «Su figura habla de la grandeza como futbolista y de la nobleza de la persona».

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