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No sólo los aficionados sufrieron la cancelación de los festivales de música durante los dos últimos años. La melancolía se extendió a toda la cadena del negocio turístico y a los pueblos y ciudades involucradas en él. Según cita Iván Medina en un estudio de ... la OBS Business School, el aplazamiento de los espectáculos de música en vivo y de las grabaciones discográficas supuso en 2020 un impacto negativo de 7.660 millones de euros, de los cuales una gran parte corresponde a los festivales.
Unas 900 grandes citas de este tipo están registradas en España. En la liga de las mayores, el Bilbao BBK Live supone una generación de actividad económica de unos 24 millones, y el Sónar y el Primavera Sound alcanzan los 120 millones cada uno. Son esas cifras o parecidas los objetivos este año. Vuelven los festivales, sí, pero ¿cómo?
El Festival SanSan de Benicàssim será el primero en estrenar la nueva normalidad, sin restricciones de aforo, del 14 al 16 de abril (Semana Santa). Se celebrará -como antes- en el mismo recinto de la localidad castellonense donde se desarrollan dos clásicos del circuito, el FIB de julio y el Rototom de agosto, la gran reunión europea del reggae.
SanSan trae novedades. Dani Martín ofrecerá el primer concierto de su larga carrera en un festival. Amplían el foco y, manteniendo su base indie, han contratado al dj global Steve Aoki. Tocarán Crystal Fighters y también La Casa Azul, las eurovisivas Tanxugueiras, Rozalén y la vasca de Portugalete La Bien Querida (Ana Fernández Villaverde). Se impone el eclecticismo, como en otros festivales, incluido el legendario de Glastonbury, que tiene como cabezas de cartel para este año a Billie Ellish, Paul McCartney, Kendrick Lamar y Diana Ross.
Roberto Recuero
Festival SanSan
«Nuestra historia viene de atrás. En 2019 también suspendimos porque llegó la tormenta DANA y el viento amenazaba con llevárselo todo. Luego llegó el confinamiento de 2020, poco antes de las fechas del festival. Nos preguntamos cómo podíamos seguir. No somos hosteleros y tampoco la hostelería ha atravesado un gran momento. Logramos hacer conciertos en La Riviera (Madrid) de 200 personas y las noches de Río Babel en el Wanda Metropolitano en julio del año pasado», explica Roberto Recuero, uno de los directores del SanSan.
Su experiencia indica que la música en vivo no ha sufrido un apagón total. De hecho, fueron capaces de montar un SanSan reducido en octubre, con una tasa de incidencia acumulada a 14 días en la Comunidad Valenciana de menos de 20 casos por cien mil habitantes. Ahora es otra historia. «Todo el mundo quiere salir de gira y se va a montar un buen atasco», prevé Recuero.
Alfonso Santiago
Last Tour
De la amenaza de inanición al peligro del exceso. Así lo ve también Alfonso Santiago, consejero delegado de Last Tour, la promotora del Bilbao BBK Live y el Azkena Rock de Vitoria. «Jamás había visto una hiperprogramación de conciertos como la que se está dando ahora. La mayoría de las giras canceladas se han reprogramado y este año y el siguiente estará el calendario desbordado. De hecho, algunos artistas ya están teniendo problemas porque no quedan recintos disponibles».
Santiago recuerda que el público de los festivales fue creciendo hasta el parón de 2020. Como prueba de que hay ganas de volver, aporta el porcentaje de los bonos y entradas comprados ese año que no se han devuelto desde entonces, cifrado en un 90%. «Es razonable pensar que todo volverá a ser muy parecido. Aquí hemos sido muy restrictivos con la cultura, pero en otros países como Estados Unidos, Reino Unido u Holanda hace tiempo que llevan organizando conciertos de 20.000 personas y no ha pasado nada».
Las empresas han sido las grandes perjudicadas en esta historia. «Se ha generado mucha ansiedad. Habíamos llegado a un modelo de gestión muy sólido y eso se ha desestabilizado. Nos hemos mantenido con ERTEs y créditos ICO, pero ahora toca empezar a devolverlos», añade.
Ricard Robles
Sónar
No obstante, sigue habiendo posibilidades de expansión. Last Tour ganó un concurso público para montar durante cinco años el festival Cala Mijas, en la Costa del Sol, a principios de septiembre. El primer cartel estará encabezado por Artic Monkeys, The Chemical Brothers y Liam Gallagher. Los dos primeros repetirán en Kalorama de Lisboa, otro festival organizado por la empresa vasca.
El Sónar de Barcelona también tiene una sede en la capital portuguesa y otra en Estambul, que empieza este viernes. Pudieron montar una cita, la más pequeña de sus 29 años de vida, en 2021. Y ahora vuelven con los mismos objetivos de audiencia -126.000 es su máximo, en 2018- y de calidad que antes de la pandemia, «aunque nos ha dado tiempo para darle una vuelta», subraya Ricard Robles, uno de los fundadores y codirector del festival.
Dividido entre Sónar de día y de noche, reforzarán la primera parte con una nueva área de debate y un escenario para charlas con un alto componente audiovisual y actuaciones híbridas, entre la conferencia y el espectáculo. En la parte estrictamente musical, además su carga electrónica, hay propuestas como la de Maria Arnal i Marcel Bagés, que reinterpretarán su disco 'Clamor' con un coro de voces sampleadas con inteligencia artificial.
Íñigo Zárate
Jazz de Vitoria
«Como estamos orientados a la tecnología, fue más fácil involucrar a los artistas y seguir conectando con nuestro público en la pandemia, pero todos recordamos la saturación digital que se produjo. Ahora toca vernos y disfrutar juntos. Además, espero que los festivales sirvan para dar otro empujón al estado de ánimo general», explica Robles.
Las cifras de la vuelta en el sector son buenas, incide. Pero prevé que este año asistan a las grandes sesiones del baile hipnótico del Sónar más nacionales que extranjeros. «Los vuelos siguen sin estar estabilizados. Pero aún estamos en marzo y quizá a medida que se vayan acercando las fechas -del 16 al 18 de junio- mejore la disponibilidad de la gente para viajar».
El Festival de Jazz de Vitoria regresa a Mendizorroza, su escenario principal pre-covid, después de haber salvado la edición de 2021 con un programa adaptado a las circunstancias y con presencia de artistas internacionales. Volverá, eso sí, con un presupuesto que no alcanzará los 800.000 euros de 2019.
«Encaramos esta edición con respeto, con la intención de recuperar el festival al cien por cien y con dudas respecto a cómo responderá el público. Seguiremos con las propuestas para seducir a los jóvenes, pero tenemos que reconocer que una parte importante de nuestros asistentes tienen una edad y en ese grupo están los más reacios a las aglomeraciones», expresa el presidente del certamen, Íñigo Zárate.
Las fechas reservadas para el jazz gasteiztarra van del 12 al 17 de julio. Harán público el programa en abril, unos meses antes de que empiecen a sonar las baterías, los contrabajos, los pianos, las guitarras y los instrumentos de viento. «Entonces veremos cómo funcionan las entradas. Nadie puede ocultar la incertidumbre, incluso respecto a cómo el precio de los carburantes puede afectar al presupuesto», señala Zárate.
Próximas grandes citas
BEC
San Mamés
Vitoria
Barcelona
Miribilla
San Mamés
Madrid
Kobetamendi
Mendizorroza
Arenal
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