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'Abro las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada'.

Úrculo, del artista sin arraigo al viajero con sombrero

Centro Niemeyer ·

Muestra la carrera del autor vasco con cien obras de su mayor coleccionista, Juan Antonio Pérez Simón

Adriana Suárez

Lunes, 4 de septiembre 2023, 00:40

Eduardo Úrculo (Santurtzi, 1938-Madrid, 2003) llegó a la colección de Juan Antonio Pérez Simón tras su muerte. Ironías del destino que no se conocieran antes dos personas que tenían tanto en común: el amor por el arte, el aprecio por la sensualidad femenina, sus ... fuertes vínculos con Asturias y, sobre todo, Nueva York, una ciudad clave en sus vidas, principalmente en lo profesional.

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Pérez Simón tomó contacto con el creador vasco a través del coleccionista y patrono del Museo del Prado Rodrigo Uría (1941- 2007). Desde ese momento, se acercó y estudió la obra de Úrculo, incorporando cientos de pinturas, grabados y esculturas a su colección. A día de hoy, es el gran coleccionista privado de este autor, tanto por el número de piezas como por la calidad de las mismas.

Una selección se puede ver hasta el 24 de septiembre en el Centro Niemeyer de Avilés, en la exposición 'Úrculo: el enigma del viajero', con obras como 'Abro las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada', 'Asturias' y un lienzo de la serie 'El viajero, la ciudad y el equipaje', en la que el enigmático personaje del sombrero -elemento típico del artista- observa la huella de las desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York.

'Asturias'.

Industria minera

La exposición recoge casi un centenar de obras «que ilustran las tres etapas fundamentales en que se divide la vida profesional del pintor y escultor vasco-asturiano: desde la del artista desarraigado, gris, desesperado y en busca de la continuidad de sus primeros años hasta el Úrculo viajero, misterioso y silencioso, entregado a una visión cosmopolita del arte, pasando por las creaciones informalistas, clandestinas, cargadas de deseo y color, sexualidad, erotismo e inmoralidad de su periodo de tránsito», según sus organizadores.

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Cuando el artista tenía tres años, su familia se fue de Santurtzi a Sama de Langreo para que su padre pudiera trabajar en la industria minera, en la que posteriormente entró Úrculo como ayudante de topografía. Fue en esos años cuando surgió su interés por el dibujo y se adentra en la obra de pintores como Henri de Toulouse-Lautrec, Vincent van Gogh y Amedeo Modigliani.

Comenzó su trayectoria dentro del expresionismo social y, tras una crisis creativa, se instaló en Ibiza en 1966. Al año siguiente, en un viaje por el norte de Europa, descubre la obra de Andy Warhol, Roy Lichtenstein y Robert Rauschenberg, entre otros. A partir de entonces, adoptará el lenguaje del arte pop, que mantendrá con distintas variantes.

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En la década de los 80 se fija en la soledad propia de las sociedades modernas y en la figura del viajero errabundo. Son representaciones del propio artista, siempre de espaldas al espectador, con su maletas, paraguas, sombreros y los 'skylines' de Nueva York.

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