![Las últimas restricciones paralizan la actividad de miles de agrupaciones culturales amateurs](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202011/11/media/cortadas/actos11-kWsC-U1207337778193mF-1248x770@El%20Correo.jpg)
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PELLO ZUPIRIA
Miércoles, 11 de noviembre 2020, 00:20
Hace más de treinta años el grupo de punk rock Hertzainak aseveraba en el estribillo de uno de sus temas más populares que 'el rock and roll no dará dinero en Euskadi'. Lo cantaban en un contexto de aparición de multitud de grupos jóvenes que ... tenían como principales lugares de actuación los escenarios de los gaztetxes y las fiestas de los pueblos. Cuatro décadas después, se confirma el mensaje que predicaba la banda. No son muchos los artistas que viven únicamente de su actividad cultural y la frontera entre ser músico profesional y amateur es difusa. Pero pocas veces esa distinción ha sido tan relevante como ahora. Las últimas medidas restrictivas del Gobierno vasco prohíben «los ensayos y actuaciones colectivas no profesionales de carácter músico-vocal o de danzas», según reza el decreto.
350 formaciones de canto hay en Euskadi, integradas por unas 15.000 personas
A pesar de no vivir de ello, son miles las bandas musicales que existen en Euskadi. Dedicarse a la música es un sueño, y la gran mayoría compagina sus trabajos con las actuaciones e intentos de meter el morro en la industria. Hasta primavera tocaban en bares, fiestas, gaztetxes o salas de copas, pero desde que comenzó la pandemia ese circuito prácticamente ha desparecido. Ahora era tiempo de componer y grabar un álbum pero ese afán de hacerse ver en el mundillo queda aún más limitado con las medidas sanitarias en vigor desde el sábado.
La banda bilbaína de metal Empire of Disease tiene previsto entrar a grabar a finales de este mes. Pintxo, su vocalista, confiesa que «no poder juntarnos todos para prepararnos es jodido. Estamos cada uno en su casa, grabando 'demos', pero lo que cunde es estar en el local, que es donde se avanza. Y al final, meternos en el estudio es una inversión y hay que hacerlo bien», matiza. Abel González, de la banda pop-rock Semejantes, activos desde 2014, asegura que «ha sido un mazazo. Íbamos a empezar a grabar el segundo disco y a preparar bien los temas, pero nada. Además, la música y quedar dos veces a la semana para nosotros es la válvula de escape del día a día», explica el músico.
actividad necesaria
Ambos grupos ensayan en los locales de Ardions, en Basauri. Sergio, dueño de las instalaciones, confiesa que la noticia le pilló de sorpresa, «porque veníamos funcionando bastante bien con todas las precauciones sanitarias exigidas y esto pues supone un mazazo de la leche. Es como si te cierran el bar». Le preocupa, sobre todo, «la incertidumbre y el tener que hacer frente a todos los pagos pendientes», aunque agradece «el compromiso de los grupos de seguir abonando el alquiler, aunque sea menos de lo habitual». Cuenta, en total, con 20 salas para otras tantas formaciones y subraya la importancia que tienen las bandas no profesionales en la cultura local. «Espero que lo tengan en cuenta y que pongan en marcha protocolos para que esto funcione, porque es una puñeta», añade el empresario.
Pero la orden del Gobierno vasco va más allá de los grupos de rock. Es curioso que se refiera explícitamente a las actuaciones «no profesionales de carácter músico-vocal o de danzas», quizá por el arraigo que tienen los corales y las euskal dantzas en nuestra sociedad. En Euskadi, hay unas 350 formaciones de canto, que movilizan a más de 15.000 personas. Sólo en Bizkaia, hay alrededor de 180 inscritos en la Bizkaiko Abesbatzen Elkartea (BAE). Una de las agrupaciones más distintivas e históricas es la Masa Coral del Ensanche, que representa obras y antologías de Zarzuela dentro y fuera del territorio vasco. Según cuenta su presidenta, Carmen Sánchez, para las fechas previas a la Navidad tenían previsto interpretar en el Teatro Campos Elíseos la obra 'Los Gavilanes', junto a los profesionales Santos Ariño y Carmen Aparicio.
Lo llevan preparando desde mediados de septiembre, «con todas las medidas», pero Sánchez teme que este parón les impida actuar como es debido. «Estamos intentando que nos consideren como profesionales mediante la BAE, porque necesitamos ensayar y vía online es imposible. Las últimas veces hemos estado ensayando por cuerdas en grupos de seis, y funcionaba bastante bien», afirma. Aún siendo una organización sin ánimo de lucro, la cancelación de las actuaciones y la falta de ingresos que eso conlleva les puede suponer «un problema para la continuidad de la agrupación.»
Las agrupaciones de danzas tradicionales vascas, enraizadas en todos los municipios vascos, también sufren el parón. En Bilbao, Salbatzaile Dantza Taldea, creado en Castaños en el año 1978, ha conseguido juntar «a todo el barrio» en sus dinámicas tanto en carnavales como la 'Euskal Jaia' que celebra en junio. Uno de los encargados, Gonzalo López, confiesa que «no se veía venir este cierre, porque hemos sido muy estrictos, y no ha habido ningún contagio, aún teniendo positivos en algún grupo». No obstante, asegura que hay «muchas ganas de bailar», y está convencido de que cuando les dejen «la gente volverá más animada que nunca».
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