¿La ultima reunión de Richard Armstrong en Bilbao?
El director del Guggenheim de Nueva York quería dejar el cargo en abril, pero el proceso para sustituirle sigue en marcha ·
El director del Guggenheim de Nueva York quería dejar el cargo en abril, pero el proceso para sustituirle sigue en marcha ·
Richard Armstrong debería estar jubilado de su cargo de director del Guggenheim de Nueva York y pensando quizá en algún proyecto personal relacionado con el arte, su campo profesional durante más de cinco décadas.
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De 74 años, su intención era abandonar su despacho de la ... Quinta Avenida en abril, según anunció en este periódico, pero la búsqueda de un sustituto se está demorando. No obstante, y dado que la siguiente reunión del patronato será en diciembre, la de ayer podría haber sido su despedida oficial de Bilbao.
Afable y educado, de los que te saluda en la calle si te reconoce, este descendiente de escoceses nacido en Kansas City (Misouri), fue un actor clave para renovación del acuerdo en 2014 entre el Guggenheim Bilbao y el neoyorquino. El museo vasco obtuvo una libertad de acción que quería para organizar sus exposiciones sin cortar con la casa matriz. Reconocía abiertamente que la sede bilbaína superaba en visitantes a la de Manhattan y que no tenía sentido otra opción.
Llegó al puesto porque el patronato neoyorquino se había cansado de los continuos intentos de expansión de su predecesor, Thomas Krens, y de sus malabares económicos. Al fin y al cabo, ellos eran ricos y no metían su dinero en el museo para que se expandiera eternamente. Querían que el Guggenheim volviese a programar exposiciones interesantes, no sólo grandes muestras itinerantes con grandes cifras de visitantes. Por eso escogieron Armstrong.
Volvieron las exposiciones que ampliaban el gusto y el conocimiento, y la ampliación de la colección como han hecho siempre los museos, apostando por los artistas actuales con visos de tener un largo recorrido.
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Según contaba, vino la primera vez a Bilbao en 1994. Era el director del museo Carnegie y el alcalde de Pittsburgh (Pensilvania) le pidió que se acerca porque la ciudad tenía entre sus planes erigir un centro dedicado a Andy Warhol, nacido en la ciudad. Le pareció que Bilbao no estaba bien comunicada y que su aspecto grisáceo iban contra el proyecto Guggenheim. Se equivocó a lo grande, reconocía después. Ahora le gusta darse una vuelta por ciudad y ver cómo pasea la gente. Nada que ver con el estrés de Nueva York.
Armstrong es uno de esos expertos en arte que terminan en la gestión porque un puesto les lleva a otro. Aun así, nunca olvidan de dónde vienen, en este caso de la generación de 'curators' que salió del programa de estudios del museo Whitney en los setenta, y adónde quieren volver.
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Se notará su retirada. Por eso es tan importante saber quién será su sustituto.
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