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Solo en Estados Unidos, el último episodio de 'Juego de Tronos' fue visto en su primer pase por más de 12 millones de espectadores, una cifra récord para la serie, que hay que recordar se emite en un canal por cable (necesita suscripción) como es ... HBO y no por una cadena generalista. A este dato se debe sumar el de los visionados posteriores en la propia plataforma, así como los del público que la sigue en el resto del mundo, de manera legal y por otros métodos que no lo son tanto. Todos ellos permanecerán atentos al primer capítulo de la temporada que cierra esta ficción, que se presentará a las tres de la madrugada del domingo 14 al lunes 15 (hora española).
Han pasado dos años desde que se ofreció la última entrega, que dejaba un panorama dispuesto para la batalla final que vamos a vivir en las próximas semanas, pero el interés entre sus fans no ha decaído. En 2017 acumuló más de cuatro millones de tuits en todo el mundo y esta tendencia continúa en las redes, donde las teorías sobre el posible final y el destino de los principales personajes no cesan. Todos los datos que hay alrededor de 'Juego de Tronos' asustan. Los seis episodios que faltan por ver le costarán a HBO un total de 90 millones de dólares; es decir, se dedicarán 15 a cada capítulo, convirtiéndose ya en la ficción más cara jamás rodada, por encima de 'Westworld', 'Roma' o 'The Pacific'. Las expectativas son muy altas y la de defraudar no está en las intenciones de los creadores, Benioff y Weiss.
«'Juego de Tronos' es ya historia de la televisión. Sin embargo, la nueva temporada puede aún catapultar más lejos la serie. La evolución de sus personajes, por ejemplo, y los roles que adoptarán al final pueden marcar un punto muy interesante en términos de representación. Esta ficción ha subvertido muchos de los clichés del género de la fantasía y la capa y espada, visibilizando y empoderando a personajes menos favorecidos en este género. Hay que estar pendiente de cómo cierra HBO la serie y qué última imagen dejarán para la posteridad de la televisión personajes femeninos y otras masculinidades como Tyrion, Danerys, Arya o Cersei», explica Javier Lozano para que los que están fuera de juego (de tronos) entiendan la relevancia que ha tomado esta obra en la cultura actual. Él es profesor de Narrativa y estética Audiovisual en el grado de Comunicación de la Universidad Loyola Andalucía y ahora se dedica a investigar sobre comunidades de fans y series de televisión. Además, ha escrito con otros autores el libro 'Reyes, espadas, cuervos y dragones', en el que analizan el éxito y trascendencia de este título que, según indican, «ha redefinido la noción de fantasía audiovisual a través de una compleja narrativa hiperserial y una excelente puesta en imagen».
Javier Lozano | Profesor de Narrativa en la Universidad de Loyola
Esta publicación da cuenta de la importancia de 'Juego de Tronos' como uno de los fenómenos televisivos más destacados de la última década y subraya, para que los menos iniciados sepan valorarlo, la excelente adaptación que se ha hecho de la novela (en términos narrativos y visuales), la admirable construcción audiovisual –que se ha ido superando temporada tras temporada–, el inteligente uso de estrategias publicitarias para la promoción de la serie, así como los discursos sobre género, poder y religión presentes en esta superproducción televisiva y que han empatizado con audiencias bien distintas.
«'Juego de Tronos' es la gran serie folletinesca del siglo XXI. Lo tiene todo: una comunidad fan activa, una estructura serial que mantiene vivas las tramas e historias y hace crecer a los personajes, una audiencia lista para 'sintonizar' el episodio de la nueva entrega semanal y, lo más divertido, una coctelera e hibridación de géneros que va desde la fantasía a los zombis, pasando por la capa y espada y, en algunos casos, las paradojas temporales. Es esto y, además, es exceso; es saturación y es puro cine de atracciones. La serie es, en definitiva, síntoma y espejo de la cultura audiovisual en la que vivimos y que consumimos», añade Lozano.
No era fácil que todos estos elementos funcionasen. Al fin y al cabo, se trataba de atrapar al espectador con una historia de guerreros, dragones y otros monstruos sobrenaturales en la que entraban en liza un buen número de familias en un territorio desconocido, capaces de todo por conseguir el Trono de Hierro que representa el poder. Aparentemente no era una trama dirigida a todo tipo de espectadores, pero diversos factores bien diferentes han logrado atrapar a sensibilidades diversas.
«Se ha convertido en un fenómeno global fundamentalmente porque cuenta una historia universal en un entorno deslocalizado. Es decir, es una historia clásica de lucha de poder, amor y venganza que además no está ubicada en un sitio conocido, sino en un mundo ficticio que nos recuerda ligeramente a la Edad Media, pero que a la vez se enriquece de fenómenos muy llamativos, como los dragones o lo caminantes blancos. Con el romance, las batallas épicas y su particular mundo de fantasía, consigue ser atractiva para un amplio rango de audiencias», señala Sonia Blanco, profesora de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga.
Sonia Blanco | Profesora en la Facultad de Comunicación de Málaga
Ella incide en la particularidad del caso, que será complicado que se repita. «Los que no lo ven se están perdiendo un producto espectacular y de factura impecable en su parte técnica. Pero también una historia con unos giros de guion que dejan al espectador atónito y expectante ante lo que queda por venir. Además, se están perdiendo formar parte de un fenómeno cultural que ha ido más allá de su audiencia televisiva para adentrarse en la cultura popular y ser referencia continua de todo tipo de personajes públicos, pero sobre todo de políticos. De alguna manera, sería el mismo fenómeno de 'Twin Peaks' en los noventa cuando este país no podía dejar de preguntarse quién mató a Laura Palmer. Aunque hay que tener en cuenta que entonces la oferta de series televisivas era muy limitada, por lo que tenemos que reconocer a 'Juego de Tronos' el increíble mérito de haber creado la misma expectación o más, en un mercado audiovisual cuya oferta se ha incrementado exponencialmente casi hasta el infinito», argumenta Blanco.
Efectivamente, para observar algo similar deberíamos irnos hasta la emisión de la serie de David Lynch, pero el marco es incomparable porque, hoy en día, internet y las redes sociales lo amplifican todo.
'Perdidos' fue el primer ejemplo que sí se aprovechó de estas tecnologías. Miles de personas se comunicaban entre sí al terminar cada capítulo para compartir sus opiniones. Y el final se emitió en simultáneo en todo el mundo a la misma hora, dada la expectación. Hoy todo aquello está superado con creces. 'Juego de Tronos' lo ha multiplicado y ha sido capaz de fascinar de igual manera a un espectador de Japón que a uno español. «Capítulo tras capítulo, te va enganchando, y finalmente acabas metiendo en cualquier conversación a la madre de dragones, los caminantes blancos, el lema de alguna casa, se acerca el invierno adquiere mayor significado que cambiar la concha... acabas viviendo a lo 'Juego de Tronos'. Se va introduciendo en la decoración de tu casa poner en el balcón la bandera o estandarte que mejor te representa, y no entiendes cómo hay gente que puede subsistir ajena a ese universo de guerras, ambición, conspiraciones y evoluciones tan reales como la vida misma. Además, esta avalada por ser la serie más premiada de la historia», cuenta María José Roy, una fan que participó en los episodios que se grabaron en España para la sexta temporada. «Ahora ya estamos organizando la despedida de la serie como se merece en la ciudad donde nos vistió de extras, Peñíscola; va a ser muy emotivo compartir el último capítulo de esta fascinante producción», anuncia. Su sentimiento es colectivo. Emoción es la palabra que más se repite entre los que quieren saber qué pasará con Daenerys, Jon Snow o Cersei Lannister. ¿Quién quiere perderse algo que genera tanta emoción?
Canción de hielo y fuego. 'Juego de Tronos', la ficción creada por David Benioff y D.B. Weiss, está basada en la serie de novelas 'Canción de hielo y fuego', escrita por George R.R. Martin, y relata las luchas de un grupo de personajes de distintas casas nobiliarias en el continente ficticio de Poniente para sentarse en el Trono de Hierro y gobernar los siete reinos que conforman el territorio.
Estreno en 2011. El primer episodio de la serie se estrenó en abril de 2011 en Estados Unidos y Canadá en la cadena de TV por cable HBO. Desde 2015, los capítulos se ofrecen de manera simultánea en más de un centenar de países, España, entre ellos. La nueva temporada es la octava. El último episodio de la séptima fue visto por 12 millones de espectadores solo en EE UU.
6 capítulos (dos de unos 60 minutos y cuatro de unos 80) servirán para poner punto final a la serie más aclamada de la historia y cerrar todos los cabos sueltos del guion. El estreno de la octava temporada será en la madrugada del domingo 14 al lunes 15 (sobre las tres) en HBO España y Movistar+.
Multipremiada. Con los nueve Emmys que ganó en la última gala, la serie acumula ya 47 estatuillas, récord absoluto en estos galardones, lo que la convierte en la producción televisiva más premiada de la historia. En la edición de 2018, la número 70, 'Juego de Tronos' sumó su tercer Emmy a la mejor serie dramática, tras los cosechados en 2015 y 2016 (al año siguiente no participó).
'Platós' en todo el mundo. 'Juego de Tronos' ha viajado por todo el mundo en busca de escenarios para rodar sus ocho temporadas. Estados Unidos, Reino Unido, Croacia, Islandia, Marruecos, Malta, Escocia y, por supuesto, España, donde se encuentra el mayor número de localizaciones, son algunos de los territorios donde han desembarcado los personajes de la ficción estadounidense.
15 millones de dólares es el presupuesto de cada uno de los seis capítulos de la octava y última temporada (90 millones en total). El coste de la primera fue 'sólo' de 60 millones, de los cuales 10 se destinaron a grabar el episodio piloto; es decir, cada uno de los diez que la componían salió a 5 millones de dólares, una tercera parte del presupuesto actual. Su coste la convierte en la ficción más cara jamás rodada, por encima de 'Westworld', 'Roma' o 'The Pacific'. Por hacer una comparación, el presupuesto de 'Campeones', la última ganadora de los Goya, ascendió a 4,5 millones de euros, similar al de 'El Reino' (Goya al mejor director). Entre las dos suman menos de lo que se dedica a un capítulo.
Salarios de superestrellas. Según la publicación 'Variety', cinco de los protagonistas de 'Juego de Tronos' (Peter Dinklage, Lena Headey, Kit Harington, Emilia Clarke y Nikolaj Coster-Waldau) cobran 500.000 dólares por episodio. El mejor caché en series se lo llevan los cinco miembros del elenco original de 'The Big Bang Theory', que reciben un millón de dólares por capítulo.
100 millones de dólares en ingresos anuales (diez menos de lo que vale producirla) es lo que se estima que reportaría a HBO 'Juego de Tronos' con que solo el 2% de los abonados al canal lo fueran únicamente por esta serie. A esta cifra habría que sumar los ingresos del 'merchandising' y la venta de DVD.
Fans famosos. El expresidente de Estados Unidos Barack Obama, gran seriéfilo, confesó en su momento ser fan de 'Juego de Tronos'. En una Cena de Corresponsales, le hicieron un montaje fotógrafico con él sentado en un Trono de Hierro en el Despacho Oval. En España, Pablo Iglesias y la expresidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, han mostrado su querencia por la serie.
Buena parte del éxito de 'Juego de Tronos' se debe a su condición global, y a ello ha contribuido decisivamente el hecho de que se haya filmado en diferentes países del mundo. España pertenece al selecto club de los elegidos. En el rodaje de la octava y última temporada, el equipo regresó para recrear los Siete Reinos en nuestro territorio. En esta ocasión, volvió a las ruinas romanas de Itálica, en Santiponce (Sevilla), donde tuvo lugar la reunión entre los aspirantes al Trono de Hierro en la anterior tanda de capítulos.
Croacia, Islandia e Irlanda del Norte también repiten como platós en los que sucederán los acontecimientos finales del mundo imaginado por George R.R. Martin. Aunque todos los escenarios se caracterizan con decorados y efectos especiales, son perfectamente reconocibles. De ahí que el turismo en estos lugares haya encontrado un filón entre la legión de seguidores de la serie, con su correspondiente impacto económico.
En la pasada temporada, uno de los rincones más conocidos del País Vasco, San Juan de Gaztelugatxe, en la localidad vizcaína de Bermeo, se convirtió en la fortaleza Rocadragón. Aunque ya era un lugar de visita obligada, su aparición en la serie ha catapultado la fama de esta isla conectada a tierra firme por un sinuoso puente de piedra con 241 peldaños, que zigzaguea de un lado a otro hasta alcanzar la cima. El Flysch de Zumaia, las Atarazanas Reales de Sevilla, el casco histórico de Cáceres, los Barruecos, también en la provincia de Cáceres, o el castillo de Almodóvar del Río, en Córdoba, fueron otras localizaciones españolas de la séptima temporada, mientras que el castillo de Peñíscola brilló en la sexta.
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