Tres días han bastado para que Patricia Donoso decida hacer las maletas y abandonar 'Supervivientes'. No hubo manera de convencer a la polémica abogada. «Mira que me lo dijeron. Y yo me hice la chula, pero no soy capaz. Esto no es lo mío», afirmaba llorando asegurando que le daba mucha rabia la situación. Ya en la primera conexión, Donoso aparecía preparada con su saco, dispuesta a huir del formato. Ion Aramendi trató de persuadirla. «Estás capacitada para aguantar, esto no ha hecho más que empezar», argumentaba el comunicador. Ella negaba con la cabeza. «Esto es horrible», protestaba. «Estamos convencidos de que tú puedes, confía en mí», insistía el presentador. Pero la mujer no aceptaba. «Me quiero ir», declaraba.
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Bien para animarle, bien para mantener el suspense, la organización decidió retrasar su decisión. Le dieron margen para pensárselo, pero no funcionó. «He pensado tantas cosas que tengo la cabeza como una lavadora, pero con todo el dolor de mi alma, me voy», reiteraba Donoso. «Es una enorme decepción para quienes han confiado en ti», advertía Aramendi desencantado. Y acentuaba su discurso. «El cien por cien de los que abandonan, sin un motivo serio, se arrepienten después», ilustraba. No había manera. Con todo, el periodista reiteró. «Es una cuestión de adaptación y cuando superáis ese momento, es todo mucho más sencillo. Eres una mujer inteligente y las personas inteligentes lo demuestran con su capacidad de adaptación», alentaba. «Qué camelador eres», respondía la aludida sin ganas de cambiar su actitud.
Aramendi propuso que aguantara hasta el martes y, para tratar de que recapacitara, conectó con Charles, la pareja de Donoso. «No he conocido mujer más fuerte. Tú no eres de las que dejas las cosas a medio hacer. Sé que lo puedes hacer», espoleaba. Su mujer torcía el gesto y murmuraba: «Esto es una putada». Tras otro tiempo de reflexión, el conductor del programa volvió a enlazar con Patricia. Y su determinación ya era absoluta. «Quiero pedir perdón por todas las horas malas que le he hecho pasar al equipo y ser la tía coñazo de la edición. Pero tengo que ser firme, no me vale lo de quedarme hasta el martes o hasta el jueves. Lo siento muchísimo, pero yo no puedo estar más aquí. No puedo. Es mi decisión final», zanjaba. «Pues hasta aquí llega tu aventura», remataba el comunicador.
En otro orden de cosas, la secuencia más impactante del debate la protagonizó Bosco Blasch cuando decidió jugársela en su salto del helicóptero. Para empezar, el sobrino de Pocholo Martínez-Bordiú solicitó que el aparato subiera más porque quería batir el récord de altura. La organización ya le había avisado de que se anduviese con ojo, pero el joven pasó de todo y se lanzó al agua dando un salto mortal. La pirueta le salió cara. «Ya sabía yo que este tío es un poco cabra. Se le ha ido un poco la olla, ¿no?», ironizaba Aramendi desde plató, antes de informar de que su arriesgado salto le había descalificado y no entraba en la competición. Raquel Mosquera fue la más votada por el público y Bosco recibirá una sanción por no acatar las normas de seguridad.
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