Cristina y Luca, entre broncas y gemidos en 'Secret Story': «¿Por qué me haces esto?»

Siguen sin decidirse. Cristina Porta y Luca Onestini protagonizan un culebrón eterno en 'La casa de los secretos' de Telecinco. Solo se han besado por exigencias del guion (en pruebas y cosas parecidas) y evitan dar el paso, pese a que el acercamiento es cada vez más fuerte. Eso sí, entre caricia y caricia también hay broncas. La joven está pasando un calvario porque está nominada junto a Adara y Frigenti (aunque a este último lo salvó la audiencia y ahora la batalla es entre las dos mujeres) y la preocupación que tiene por ser la expulsada le produjo un ataque de nervios.

Hace unos días se produjo la unificación en el concurso, lo que llevó a clausurar una de las habitaciones. Compartir estancia con Adara y Frigenti es algo que Cristina no soporta. Ambos caldearon el ambiente y Cristina estalló. «Como me despierten tocándome los cojones se enteran», amenazaba a gritos. Luca trató de calmarla, pero la reportera estaba fuera de sí. «No me trates así, estoy mal. ¿Puedes no gritarme?», reprochaba al italiano que no sabía cómo actuar. «¿Por qué me haces esto? No sabes la impotencia que da intentar ayudar a alguien que no se deja», replicaba el hermano de Gianmarco impotente. «Me parece injusto y sinvergüenza que me trates así», afeaba ella entre lágrimas. «Piensa que soy un punching ball», zanjaba él.

La trifulca entre la pareja continuaba y Luis Rollán trató de tranquilizar al italiano. «Cuando está así y no quiere escuchar nada no se ayuda a sí misma», explicaba el hombre y lanzaba un consejo a los cuatro vientos: «A través de las dificultades se llega a las estrellas». Si esto lo escribe un guionista le echan por excesivo. El caso es que Cristina se encerró a llorar en el baño y su pretendiente se sentó en la puerta a esperarle. Dos horas aguantó estoico hasta que ella salió y ambos se fundieron en un abrazo que lo arregló todo. «Es que estoy angustiada por la nominación, tengo miedo de salir fuera», explicaba ella incidiendo en que cuando entró al concurso era la gran desconocida y teme lo que le espera fuera. «Al final lo pago con el que más quiero», reconocía Cristina aferrada al chico.

Pasada la tormenta, Cristina y Luca continuaban con esa telenovela que aguarda el primer beso como oro en paño. El dúo compartía lecho, caricias y abrazos. Sus rostros estaban casi pegados, pero el ósculo se resiste. Él acercaba su boca con peligro y ella retaba: «¿Te gusta jugar con fuego? Si te pasas, te quemas y ya no hay salida». El italiano sonreía seductor y la frontera seguía intacta. Los que sí se morrearon fueron sus ositos de peluche. Quizá para evitar la tentación, la pareja prefirió utilizar sus muñecos para fingir un ataque de amor que culminaron las marionetas. «Así avanza su relación», ironizaba Carlos Sobera desde plató.

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