Los sabuesos de los ochenta

«Esta serie es pionera porque no representa la verdad, es la verdad. No ha habido que manipular ni que engordar nada para dotar de interés a las historias que contamos, más bien al revés, atenuar detalles por una cuestión de humanidad, para que sean historias de más fácil consumo, porque hay casos verdaderamente terribles», explica a este periódico Jorge Ansó, que interpreta a un personaje basado en el inspector real Andrés Martín, con el que patrulló durante largas noches para aprender el oficio.

«Hemos estado mucho en contacto los dos. Lo más difícil era imbuirle en el espíritu del policía, porque uno no trabaja de policía, lo es. Y creo que Jorge lo ha entendido muy bien», añade Martín, que todavía sigue ejerciendo su labor en el cuerpo policial, aunque le restan dos meses para jubilarse. Aunque confiesa que «los agentes de aquella época seguimos quedando a almorzar una vez al mes, también con los agentes actuales».

Trabajo documental

Cada capítulo está construido en torno a un crimen concreto y se desarrolla con los acontecimientos que tuvieron lugar y las acciones que se llevaron a cabo para solucionarlo. Todo en género de 'true crime'. «Creo que esta serie refleja con exactitud el trabajo que realizábamos nosotros en los años 80. Hay un trabajo documental que se ha ido haciendo en paralelo a la labor interpretativa de los actores. No es una serie de policías histéricos, aquí todo es reflexivo», comenta Martín.

La serie está basada en un documental que emitió el año pasado la televisión autonómica Aragón TV, que tuvo una gran acogida con el 22,6% de 'share' y más de 2,5 millones de comentarios en Twitter sobre su desarrollo. Entonces abordaron el caso del brutal asesinato de Carmen Romero, de 20 años, ocurrido el 8 de marzo de 1988. La joven desapareció mientras hacía auto-stop en la zona del polígono de Malpica.

Ahora se abordarán nuevos crímenes a los que este grupo se tuvo que enfrentar, todo impregnado con el sabor (vestuario, coches y herramientas incluidas) de los años 80. «Tenían muchos menos medios tecnológicos para resolver los casos, pero bien que los resolvían. Era todo más artesanal, había que echar más horas. Pero en este caso, los agentes del Grupo 2 de Homicidios de Aragón eran pioneros en el uso del ADN, todos tenían una diplomatura en Medicina Legal. Hicieron una labor social muy importante», desvela Jorge Ansó.