Rosalía detalla en 'El Hormiguero' su futura boda con Rauw Alejandro

«Durante la gira, fiestas hay pocas, solo de vez en cuando. Para cantar hay que dormir mucho, hay que entrenar, hay que comer sano… Yo he tenido dos veces gripe y aun así tienes que cantar y tirar para adelante. Una tira de la técnica en esas ocasiones», explicaba Rosalía a Pablo Motos a la vez que desvelaba que ha tenido que hacer de todo en sus videoclips. «Una vez me metí en un tanque lleno de aceite y otra, me enseñaron a hacer apnea para un vídeo debajo del agua y aguantar la respiración», contaba. 

La catalana comparte historia de amor con Rauw Alejandro, con el que ha compuesto varios temas que han logrado que sus fans se enamoren aún más de la pareja. «Mi pasatiempo favorito es cocinar. Ahora estoy muy obsesionada con hacer tacos de gambas y no me quedan mal. Soy de buen comer», descubría la cantante que también se luce en las redes sociales, tanto que su chico ha llegado a imitarle con guasa. «Ha habido revancha y creo que ha exagerado un poco, aunque es cierto que voy con un bolso gigante en el que tengo de todo. Llevo aguacate y jengibre para hacerme infusiones. ¡Ah!, y aceite de oliva que no falte. También llevo un antialérgico para Rauw. Es una inyección», afirmaba la joven. 

Trabajar con tu pareja tiene ventajas y desventajas. «Hay una parte que es muy divertida porque tenemos mucha complicidad, pero a la vez genera tensión. Pero aquí seguimos», comentaba Rosalía. Pablo Motos fue directo. «¿Os casáis?», preguntó sin filtros. «Pues eso parece. Primero tengo que acabar la gira y luego habrá boda. Tengo vestidos guardados, uno de Vivienne Westwood me gustaría. Pero será tranquila, con mi familia y así», aseguraba la intérprete que reveló cómo fue la petición de mano. «Me lo pidió en Puerto Rico de una manera muy bonita. En la casa de sus abuelos, que está en la montaña. Y había fuegos artificiales porque era fin de año. Habíamos subido a la terraza y, de pronto, veo que se arrodilla y saca el anillo. Y yo me puse a llorar lagrimones», manifestaba.

Su fama internacional no le priva de realizar cámaras ocultas cuando viene a 'El Hormiguero'. Esta vez se disfrazó de camarera y atendía a la clientela de un bar recitando sus canciones. Tanto se metió en el papel que llegó a servir mesas, no sin algún que otro percance.

«Porque yo llegue allí como si fuera mi primer día de trabajo y me lo quería tomar en serio. Era dificilísimo. Qué respeto hay que tener a la gente que hace eso. Hay que estar atenta a muchos frentes abiertos», sostenía la artista ponderando la labor de quienes trabajan en la restauración. «En qué embolados me meto, Pablo. Es que me encanta disfrazarme desde que era pequeña», argumentaba.