Ricardo Darín cuenta en 'El Hormiguero' cómo imitó a un perro para espantar a un ladrón

'Escenas de la vida conyugal' es la obra que Ricardo Darín ha retomado tras la pandemia. El montaje teatral ha permanecido casi dos años parado, «era una gran incógnita cómo iba a recibirnos el público, y en algunos casos hasta hay más carcajadas», apreciaba el actor sobre su regreso. «Primero fue una serie de televisión que se estrenó en 1973 en Estocolmo y fue una revolución social. La hizo Bergman y con el mismo texto dirigió una película. Luego, su mujer le dijo que lo hiciera para teatro y seleccionó varias escenas, intensificando los conflictos», explicaba el argentino.

La obra aborda distintos conflictos que acarrea la vida en pareja, incluido el machismo. «El otro día, en Gran Canaria, mi compañera Andrea Pietra tenía una réplica conmigo en la que se cabrea bastante y me dice de todo. Normalmente se produce una pausa entre el público, pero esta vez fue una ovación. Ha cambiado el mundo, por suerte», reflexionaba el intérprete a quien una señora mayor llegó a insultar. «Estaba en primera fila y, cuando pasaba caminando delante de ella, me decía muy bajito para que solo lo escuchara yo: ¡Desgraciado!», contaba. Naturalmente se refería a su personaje.

Darín aprovechó la charla en 'El Hormiguero' para desgranar varias anécdotas que le han ocurrido detrás de las cámaras. «Una vez estaba de madrugada en una gasolinera. Mi compañero había bajado a comprar algo y yo me quedé al volante. De pronto apareció un señor que se echó la mano a la cazadora amenazante. Y cuando me vio, me dice: ¿Qué hacés vos acá? Se quedó en shock. ¡Mira quién está acá, el novio de tu vieja!, le decía a alguien. Yo pensé que como nunca había estado allí, ese hombre me iba a matar por una confusión. ¡Tardé mucho tiempo en caer que se refería a la película 'El hijo de la novia'!», revelaba entre carcajadas.

No ha sido la única vez que han intentado robar al actor. «Me da un poco de tristeza contar estas cosas porque todas están relacionadas con posibles robos. Era de madrugada y yo estaba durmiendo en una casa alquilada. Escuché unos ruidos extraños y salí a ver qué pasaba en calzoncillos. Eran las cinco de la mañana. La casa tenía unos grandes ventanales y vi una sombra que los atravesaba. Era un ladrón y tuvimos contacto visual. Nos quedamos los dos quietos, como si fuera el Far West. Y me salió del alma ladrarle. Y funcionó. El tipo pensó que, o estaba llamando a un perro que lo iba a devorar o que yo estaba más loco que él», descubría de nuevo entre risas. El asaltante huyó y Darín volvió a la cama donde lo esperaba su mujer con un ataque de risa.

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