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Domingo, 19 de noviembre 2017, 23:25
«Milagros de Figuero. Un vino ideal para este domingo. En La Hoja, dr. Castelo 48. Madrid». Este el tuit inmediatamente posterior al que lanzaba ayer Carlos Herrera, aficionado al buen yantar, para explicar la cancelación de su programa en el primer canal de la ... televisión pública: «Solo tengo palabras de gratitud para @rtve por su confianza. Si los resultados no acompañan, el trabajo se acumula en radio y el día supone un handicap personal lo mejor es acordar un amable cese de esfuerzos. Es un honor haber trabajado con compañeros a los que admiro. Gracias». Podría parecer, dicho así, que la acumulación de tareas del veterano periodista habría sido clave para explicar la retirada de su programa, una especie de acuerdo entre ambas partes para liberarle, dado que compagina la televisión con su espacio diario en la Cope. Pero las bajas audiencias, el 5% y el 6% de ‘share’ que 'Cómo lo ves?' cosechó en las entregas del 4 y el 11 de este mes, respectivamente, son dos buenas razones para explicar esta baja en la parrilla.
Ayer aún se desconocían los espectadores que se asomaron el pasado sábado a la pantalla para ver el que ha sido su último programa, el sexto desde su estreno, pero la evolución no ha ido bien. La primera entrega, el domingo 15 de octubre, logró enganchar a 1,7 millones de televidentes (10,2%), y en las siguientes semanas la caída de audiencia ha sido imparable.
La decisión de la cadena de cambiarlo al sábado tampoco frenó el goteo. Aquella noche, (el día 4) el programa debatía sobre el acoso sexual, y en la mesa se sentaba Salvador Sostres, periodista y tertuliano conocido por sus comentarios y opiniones machistas. Ya lo decía el propio Herrera al inicio del debate: «No les va dejar indiferentes», sabedor de que estaba a punto de opinar alguien que ha dicho cosas como: «Las chicas jóvenes, de 17 y 18 años, 19, es ahí donde está la tensión de la carne, (en) ese punto mágico. (...) Estas mujeres que aún no huelen a ácido úrico...».
Y así fue. Las redes sociales ardieron para criticar que la televisión pública permitiera la presencia de este periodista en un debate tan delicado como el del acoso sexual, especialmente cuando afirmó: «Hay un determinado feminismo que no permite debates como el que se tiene ahora, que es civilizado. En el momento en que se introduce algún matiz, se le acusa de fascismo». Luego compartió su opinión sobre la ley de violencia de género: «Es una ley determinista que acusa al hombre por el mero hecho de serlo, es una ley impresentable, es fascismo».
Las polémicas no habían empezado ahí. En el segundo programa la pregunta se sostenía difícilmente desde el punto de vista de la igualdad: se cuestionaba quién miente mejor, los hombres o las mujeres. En la siguiente entrega querían saber si «tenía sentido» hacer boicot a los productos catalanes. Herrera ya anunció en la presentación del espacio que no evitarían ningún tema: «Hablar de Cataluña? Claro que sí, todo lo que sea actualidad debe ser abordado, pero desde una perspectiva hogareña, familiar y de grupo de amigos». Quizá ahí haya estado la clave.
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