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Martes, 14 de junio 2022, 08:23
'El Hormiguero' vivió anoche una de las entrevistas más extrañas de su larga historia. Acostumbrados a pasar un rato ameno entre risas y bromas, Pablo Motos daba la bienvenida al plató a las Pussy Riot. Dos jóvenes activistas rusas que se declaran feministas ... y defensoras de los derechos del colectivo LGTB en su país.
¿Cómo es ser LGTBI en Rusia? Masha de las @pussyrrriot nos lo explica #PussyRiotEH pic.twitter.com/dryhDOQgjR
El Hormiguero (@El_Hormiguero) June 13, 2022
La entrada a plató fue fría. No hubo cruces de miradas con el público y solamente un ligero saludo al presentador. Masha Aliójina y Olga Borisova se sentaron en la mesa de 'El Hormiguero' para denunciar la persecución que viven las mujeres y los homosexuales en Rusia. Ellas «están perseguidas», según describe Motos, y han pasado por la cárcel tras varios encontronazos con las autoridades rusas. «Es ilegal en nuestro país decir que eres gay», sentenciaron.
¿Le tenéis miedo a Putin?, las @pussyrrriot contestan #PussyRiotEH pic.twitter.com/O3tjp9Vy4Y
El Hormiguero (@El_Hormiguero) June 13, 2022
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Motos aprovechó y sacó la bandera del arcoiris, la extendió y preguntó a las jóvenes qué le pasaría si 'El Hormiguero' se emitiese en Rusia. Ellas fueron tajantes: «Lo primero que harían sería despedirte y luego encarcelarte». Ante la sorpresa del presentador, Aliójina añadió: «Si haces algo contra Putin, buscan cualquier excusa para meterte en la cárcel». Ella pasó 12 años en prisión por «gamberrismo motivado por odio religioso», por eso denuncia que el presidente ruso utiliza a la Iglesia para «tapar sus crímenes»: «Dijeron que el feminismo era una ideología que va contra dios y así lo dictaminó el tribunal, los testigos dijeron que éramos brujas y también consta en la sentencia…»
El cambio de Olga Borisova: De policía a activista y antisistema #PussyRiotEH pic.twitter.com/KRwZqG44x0
El Hormiguero (@El_Hormiguero) June 13, 2022
Motos quiso saber cómo son las cárceles rusas y Masha sorprendió con su respuesta. «Es un sistema de tipo gulag, un campamento de trabajos forzados cosiendo uniformes de la policía y de las fuerzas de seguridad. No te lo retribuyen, tienes 4 euros al mes y no tenemos acceso a médicos ni a comida normal», explicó. Por su parte, Olga aclaró que en su país la propaganda política cuenta de Ucrania que aún «es Rusia», «que somos iguales y que hay que salvarles de los nazis».
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