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Tenemos crisis televisiva en casa. Mi hija mayor está en plena transición. Con sus nueve años recién cumplidos, muchos de los dibujos que ofrecen las plataformas son «cosas para niños» y el resto de las opciones «solo es para vosotros». Es decir, para los adultos. ... Un 'problemón' que su madre y yo hemos tratado con cierta desidia y recordándole que nosotros a su edad solo teníamos dos canales en abierto y gracias. Su cara de 'mis padres no me entienden' lo decía todo.
En medio de esta crisis, llegó 'Ms. Marvel' a Disney+. Cada miércoles, ella y yo disfrutamos de un capítulo basado en este cómic nacido en 2014 y que narra la historia de Kamala Khan, una adolescente de Nueva Jersey de origen paquistaní y que es fanática de los superhéroes. Vive con sus padres y hermano mayor, tiene sus amigos y busca cómo encajar en ese microcosmos que es el instituto. Hasta que descubre que tiene poderes y debe aprender a usarlos y convivir con ellos. Esta historia, que recuerda mucho a la de Peter Parker, tiene la virtud de navegar en la cotidianidad, incluida la religión (musulmana practicante). Kamala no es ni la más guapa ni la más popular del instituto. Es una más y ahí radica una de las virtudes de la nueva propuesta de Disney.
'Ms. Marvel' es una serie de adolescentes en la que cualquiera de nosotros se puede sentir identificado, aunque hace mucho que hayamos dejado esa época, y que los jóvenes conectan con esas referencias a sus problemas, a las redes sociales o a los selfis gracias al uso constante de efectos especiales -grafitis que cobran vida para subrayar una escena, contestaciones a wasaps que aparecen en luminosos-. Un mundo que ha terminado, además, con nuestra crisis doméstica.
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